lunes, 27 de agosto de 2012

"CAPITULO 21"


—John Reed. —La voz de Tom era completamente inexpre­siva, resignado ya a su destino—. Debería haberme figurado que no te darías por vencido. ¿Cómo me has encontrado?

—Alguien te ha delatado —dijo Reed en tono burlón—, Mike Doolittle va a sentirse encantado. No ha dejado de darnos la lata para que te busquemos desde que te perdimos la pista. Que no se te ocurra tocar el arma, Kaulitz. Cómo puedes ver —hizo un gesto con la mano para incluir a los hombres que le acompaña­ban—, no estoy solo. Será mejor que te entregues sin ofrecer re­sistencia.

—¿Qué pasa aquí? —preguntó _______, colocándose al lado de Tom para observar a los vigilantes.

—Está protegiendo a un hombre peligroso, señora —dijo John, estudiando el atavío de _________ con una mirada lasciva—. Vamos a llevarnos a Kaulitz de regreso a Dry Gulch. Tendrá que hacer lo correcto con Michelle Doolittle o pagará las consecuencias.

________ dio un paso adelante para proteger a Tom.

—No, Tom es inocente. Es mi...

—¡________! —la silenció Tom, empujándola a su espalda. Ella le miró de reojo y él negó con la cabeza, advirtiéndole con un gesto que no quería que supieran que estaban casados.

Tom frunció el ceño. Debería haber sabido que Reed encon­traría su rastro algún día. No era la clase de hombre que se daba por vencido con facilidad. Se dio cuenta en ese momento de que debería haberse ido hacía ya tiempo, antes de que pudieran rastrearle o relacionarle con _________. No quería verla involucrada en sus problemas; bastante tenía con los suyos.


Reed tendió la mano para que Tom le entregara el arma.

—Dame el revólver, Kaulitz. Esta vez no escaparás.

Una mirada a Reed y a la docena de jinetes que le acompañaban le dijo que no tenía escapatoria, así que sacó el revólver del cinturón y se lo lanzó.

—Traed una cuerda —dijo Reed a uno de los hombres que tenía detrás.

—¡No! ¡No le pueden ahorcar! —gritó _______, horrorizada por el giro de los acontecimientos.

Reed esbozó una malvada sonrisa.

—Podría si quisiera. En este territorio está en vigor la ley de los vigilantes. Pero no voy a ahorcarle... todavía.

—Pero él...

—¡Ya está bien, _________! —la interrumpió Tom—. No me van a colgar.

—¿No has oído lo que ha dicho?

—No te preocupes.

Alguien llevó una cuerda y Reed le ordenó a Tom que se diera la vuelta. Cuando lo hizo, le ató las manos a la espalda. Otro hom­bre salió del establo tirando de las riendas de un caballo ensillado.

—Monta —ordenó Reed.

Con las manos atadas, Tom no era capaz de hacerlo.

Sonaron varias carcajadas ante sus torpes intentos para subirse al animal. Finalmente, Reed pareció aburrirse del espectáculo y le indicó a dos de sus hombres que le ayudaran.

—Espere, ¿puedo hablar un momento a solas con él? —pre­guntó _______ cuando el jefe de los vigilantes cogió las riendas del caballo de Tom.

Reed le lanzó una mirada lasciva.

—¿Cree que le echará de menos en su cama, señora? He oído que eso se le da particularmente bien. Sólo hay que preguntarle a Michelle. —Se rió tras soltar ese burdo comentario.

—Por favor —le imploró _______—. Serán sólo unos minutos.

Tras haber atrapado por fin a Tom, Reed estaba de muy buen humor.

—De acuerdo, señora, pueden hablar. Pero acabe pronto. —Se alejó a conversar con sus hombres.

—Iré contigo —se ofreció _______. No podían llevarse así a Tom, no lo permitiría.

—¡No! —dijo él con ferocidad—. Esta es una despedida tan buena como cualquier otra. Mi muerte resolverá el problema tan bien como la anulación o el divorcio. —La miró a la cara—. ¿Cómo supo Reed donde encontrarme?

—Tom, no estarás pensando que yo... Dios mío, no hablarás en serio.

Él esbozó una triste sonrisa.

—Esa idea se me ha pasado por la cabeza, sí. ¿Estabas tan en­fadada por mi marcha como para querer vengarte? ¿Te haría feliz verme colgando de una cuerda?

________ no podía creer que Tom estuviera diciéndole esas cosas tan terribles.

—¡No! ¡Claro que no! No pueden ahorcarte así, sin posibilidad de ser juzgado.

—Son los vigilantes, _______, y siguen su propia ley. Reed tiene buenas razones para odiarme. Me casé con la mujer que él quería; aunque debería estarme agradecido, ya que fue a mí, y no a él, a quién puso Katia  los cuernos con cualquiera que se le pusiera a tiro, antes de fugarse con un actor que le prometió trabajo como artista.

—Te seguiré hasta Dry Gulch.

—¿Para qué? ¿Sentirás quizá algún tipo de satisfacción? Déjalo. Los dos hemos alcanzado nuestro objetivo. Tú obtuviste la pro­tección del matrimonio y yo pude disfrutar de tu cuerpo, que era lo único que quería de ti —dijo él, atragantándose con las palabras. Decirlas le hacía sentirse como un bastardo que se desquitara por haber sido forzado a contraer matrimonio.

__________, pasmada, clavó los ojos en él. Habían pasado por muchas cosas juntos. ¿Cómo podía despacharla de esa manera? ¿Cómo podía pensar que le había traicionado? Habían estado tan próxi­mos como podían estar dos personas y ella había llegado a pen­sar... Fuera lo que fuera lo que hubiera pensado, ya no importaba. Tom nunca le había mentido. Los dos habían sabido desde el principio que se iría cuando llegara el momento. Él siempre había pensado pasar página y no volver la vista atrás.

Aquella idea le hizo pensar otra cosa. Quizá... simplemente quizá, Tom se había aprovechado de Michelle, dejándola emba­razada. ¿La habría golpeado también?

—Ya está bien —gruñó Reed mientras él y sus hombres mon­taban en los caballos.

—Olvídate de mí, _________- —dijo Tom en el mismo momento en que Reed asía las riendas de su montura y tiraba de ellas, ha­ciendo que se pusiera en marcha.

Las lágrimas le nublaron la vista mientras observaba cómo Tom salía de su vida. Le siguió con la mirada hasta que le perdió de vista, entonces volvió lentamente a la casa. ¿Cómo podía creer que ella le había traicionado? A pesar de sus palabras, se sentía in­clinada a seguirle hasta Dry Gulch.


Tom mostraba una expresión sombría mientras se alejaba del Circle F. Todavía veía la mirada herida de _______ cuando la había acusado de traicionarle. No se sentía orgulloso de haberlo hecho, pero era lo mejor.

Apenas habían perdido de vista el rancho cuando observó que se acercaban dos jinetes hacia ellos. Se tensó al reconocer a Mario Rivas y a Pete, y se preguntó qué más podía salir mal. Reed levantó la mano para que los vigilantes se detuvieran. Rivas  se acercó a Tom, rebosante de arrogancia y seguridad en sí mismo.

—¿Esto es obra suya, Rivas? —preguntó Tom con el ceño fruncido.

—Es muy posible. —Le dirigió a Tom una ladina sonrisa—. Es mi manera de hacerle pagar lo que me hizo; de no ser por su interferencia, tanto el Circle F como __________ serían míos. Pero lo serán de todas maneras y ya no podrá impedirlo. Gracias a __________supe que le buscaban en Dry Gulch.

Tom sintió un dolor casi palpable.

—¡Miente!

—¿De veras? _________ envió a Pete al pueblo con un mensaje para mí. Cuando averigüé quién era usted en realidad, Pete fue a Dry Gulch para avisar a los vigilantes. Estaba a mis órdenes desde el principio. Él era mis oídos y mis ojos en el Circle F.

—No me creo que _______ le dijera nada, Rivas. Ella le odia. No tenía ninguna razón para volverse contra mí.

—Quizá ha cambiado de idea. Las mujeres son criaturas volu­bles. Nunca se puede saber lo que piensan ni lo que harán a con­tinuación.

—Delira si cree que _______ le quiere.

—Puede. —Rivas se acercó más, de manera que sólo le pudiera escuchar Tom —, pero también es posible que necesite a un hombre que sepa satisfacerla en la cama. Y como ya está ca­sado y no puede casarse con Michelle, imagino que le colgarán; Reed no parece apreciarle demasiado. Pero no se preocupe, ocu­paré su lugar en la cama de  _____________ y se irá a la tumba preguntándose si es mentira o no que ella le traicionó. Por cierto —dijo con una sonrisa burlona—, le agradezco que la haya instruido para mí. Desflorar vírgenes no me resulta nada agradable.

—¡Maldito sea! —estalló Tom, abalanzándose sobre él y casi cayéndose de la silla en el proceso.

—Cállate —dijo Reed, empujándole—. No puedes hablarle así a un hombre tan importante como el señor Rivas.

—No se preocupe, Reed, ya he terminado de hablar con el pri­sionero. Lléveselo. Tengo negocios que atender con la señorita Fuller.

—Deje en paz a ________, Rivas —gritó Tom mientras el banquero se alejaba riéndose a carcajadas—. Todavía le puede arruinar.

—Podrá intentarlo, pero dudo que lo consiga, no sin usted para respaldarla —dijo por encima del hombro.
___________ se puso los pantalones y la camisa de franela antes de salir de casa para realizar las tareas. Intentó borrar de su mente las crue­les palabras de Tom, pero no fue capaz. ¿Cómo podía creer que le delataría?

El sonido de cascos de caballos hizo que _________ mirara hacia el camino con la mano haciendo visera sobre la frente para prote­gerse los ojos del sol y poder ver quiénes eran sus visitas. ¿Regre­saba Tom? Sus esperanzas murieron cuando vio que era Rivas quien atravesaba el portón. Él la vio junto al establo y dirigió su caballo hacia allí.

—¿Qué quiere? —preguntó _______, lanzándole una mirada co­lérica.

Él sonrió de oreja a oreja.

—Lo siento, no puedo quedarme mucho tiempo. Sólo quería decirle que estaré disponible cuando desee a un hombre; su ma­rido no volverá, ¿sabe? De hecho, me pregunto si Tom Kaulitz llegará vivo a Dry Gulch.

—¡Todo esto es culpa suya! —le acusó _________—. ¡Fuera de mis tierras!

—¿Cuánto tiempo cree que logrará sobrevivir cuando los va­queros se enteren de que vuelve a estar sola? Se largarán igual que hicieron antes. Dentro de poco tendrá que pagar los impuestos y, cuando no pueda reunir el dinero, vendrá a verme. —Sus ojos bri­llaban de lujuria contenida mientras clavaba la vista en sus pe­chos—. Estoy seguro de que entonces podremos llegar a un acuerdo satisfactorio para los dos. —Entonces inclinó el som­brero—. Buenos días, querida.

—¡Váyase al infierno, Rivas! Con la venta de las reses ob­tendré suficiente dinero para pagar los impuestos y los gastos del rancho. Se congelará el infierno antes de que le pida ayuda a usted.

—Ese día llegará antes de lo que cree, querida.


Chicasssss aqui esta el capi... Espero que les haya gustado...
Talvez ahora se viene la historia un poco triste... pero uf¡¡¡ Todavia falta...

Las Quiero... y gracias por los comentarios..
BYE =D




 

2 comentarios:

  1. Enserioo no sabes como amo leer la fic..
    Maldito Rivas.. Yo kiero que (tn) vaya a ayudar a Tom..
    Subee mas.. Me encanta esta muy interesante ;-) Bye

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  2. NOOO!! que triste, sube pronto porfitas jejje cuidate morrita

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