viernes, 31 de agosto de 2012

"CAPITULO 26"

______ se sentía absolutamente derrotada después de visitar a Michelle. Seguía sin solucionar el problema y lo único que había con­seguido era que Mike Doolittle estuviera todavía más resentido, si es que eso era posible. Evidentemente, Bill y Georg estaban tan preocupados como ella y el estado de ánimo de los tres, sentados a la mesa para cenar, era de lo más deplorable.

Bill había oído en la ciudad que se esperaba la llegada del juez Walters en cualquier momento, y compartió la deprimente noticia con Georg y _________.

—Espero que el juez tenga un buen día —dijo Georg con la mi­rada clavada en el plato—. Aunque suele ser un hombre justo la mayoría de las veces, se ha ganado el apodo a pulso.

_______ le miró de reojo.

—¿Qué apodo tiene, Georg?
—La gente le llama el Juez de la Horca.
—Maldita sea, Georg, ¡no deberías habérselo dicho!

Georg le dirigió una mirada avergonzada.
—Lo siento.

—Sin embargo, es evidente que los cargos que le imputan a Tom no son tan graves como para colgarle —dijo ________.

—Lo serán si el juez los considera así —aclaró Georg—, pero no creo que ocurra. Tom no ha hecho nada para merecer que le cuelguen y creo que Walters se mostrará de acuerdo.

________ se levantó bruscamente de la mesa con expresión som­bría.

—Por favor, disculpadme.
—¡Georg!, la has puesto nerviosa —dijo Bill
—_______ debe estar preparada para lo peor, por si acaso el juez dicta sentencia de muerte contra Tom. ¿Qué haremos si ocurre eso?

—Ya lo he pensado —dijo Bill en voz baja—. Si el juez es demasiado estricto con Tom, le rescataremos de ese apestoso agujero que llaman cárcel.

—Espero que no sea necesario. Si nos vemos forzados a in­fringir la ley, los tres nos convertiremos en fugitivos.

Georg y Bill intercambiaron unas miradas de preocupación, pero los dos sabían que harían cualquier cosa para salvar a su her­mano.
 

_____ visitó a Tom al día siguiente, intentando en todo momento mantener una fachada alegre. Le llevó una deliciosa y tentadora comida, preparada por el cocinero del rancho, que le pasó a través de la ventana enrejada, pero él no se mostró demasiado interesado en comer y dejó los alimentos en el suelo sin probarlos.

—¿Por qué estás todavía aquí, ________?
_______ le dirigió una mirada llena de exasperación. Si no lo sabía, se lo iba a decir.

—Soy tu mujer.
—Puede que pronto seas mi viuda.
—¡No digas eso!
—Seguro que ya te han dicho que al juez Walters se le conoce como el Juez de la Horca.
—Lo he oído, sí. Pero no puede colgar a un hombre inocente.
—Me temo que las cosas no funcionan así.
—Ningún juez va a ahorcarte por algo que no deja de ser una ofensa menor —insistió ___________
—¿Significa eso que no regresarás a casa?
—¡Por supuesto!

Él la miró fijamente a través de la reja de la ventana con un ardor tan perceptible que ella notó que se le derretían los huesos. Entonces, Tom sacó un brazo por los barrotes y le acarició la mejilla y el cuello con el dorso de la mano.

—Eres demasiado terca para tu bien, __________ Kaulitz. No es fácil olvidarte porque eres apasionada y leal. Pero ¿es posible que pueda confiar en ti? Si me dejo llevar por mis sentimientos, estoy seguro de que acabaré sufriendo, lo nuestro se acabaría convirtiendo en un absoluto desastre. En cuanto una mujer piensa que ha pescado a un hombre, en cuanto le tiene en sus manos, le utiliza hasta que ya no sirve a sus propósitos y busca una nueva víctima. No podría soportar que me pasara eso contigo.

Aquella retorcida opinión sobre las mujeres la dejó sin pala­bras; aunque no podía culparle. Sus experiencias le habían dejado una profunda huella. Primero le había traicionado su madre y luego su esposa; más tarde, Michelle había asestado la puñalada definitiva. Así que no era de extrañar que temiera involucrarse con una más. Aún así, _________ no era otra más, era la que le amaba de verdad.

—Lamento que opines así, Tom. Sin embargo soy distinta a las demás, sé que no he hecho nada para ganarme tu confianza, pero te aseguro que si me quedo aquí es sólo para ayudarte. Si eso te hace sentir mejor, iré hoy mismo a ver al abogado para arreglar el divorcio.

El tono decidido de sus palabras hizo que Tom diera un res­pingo. Era lo que quería, ¿no? Cerró los ojos e imaginó a la dulce ________ apretada contra su cuerpo, desnuda y húmeda para él, res­pondiendo a sus caricias con aquella ansia inocente que le volvía loco y hacía que sólo pensara en poseerla. Se había propuesto se­ducirla, pero ella se entregó voluntaria y generosamente y él tomó todo lo que le ofreció.

«Sin embargo, te obligó a casarte con ella», argumentó la parte más cruel de la mente de Tom.

—Tom, ¿estás bien? —Llevaba tanto tiempo con los ojos ce­rrados que _______ había comenzado a preocuparse.

Los abrió de repente.

—Estoy bien. El abogado se llama Chambers. Explícale todo lo ocurrido, él se ocupará del resto.

_______ se tragó el nudo que tenía en la garganta y asintió con la cabeza antes de darse la vuelta. No quería que Tom fuera testigo de lo mucho que le habían dolido sus palabras. Él quería ser libre y, si eso hacía que se sintiera mejor, ella accedería gustosa.


Al día siguiente, mientras estaban desayunando y discutiendo los planes de la jornada, llegaron al rancho Kaulitz las últimas per­sonas que ________ esperaba ver allí.

Un sonoro golpe en la puerta principal hizo que Georg se pusiera de pie.

—Yo abriré —dijo, empujando la silla hacia atrás.

__________ y Bill miraron sorprendidos a los visitantes y tampoco Georg parecía demasiado complacido cuando los hizo pasar a la cocina.

—¿A qué habéis venido? —preguntó Bill de malas mane­ras—. ¿A regodearos en el sufrimiento de esta familia?

—No te pongas así —dijo Mike Doolittle, que sin esperar invi­tación le indicó a su hermana que se sentara en una silla vacía—. Michelle y yo hemos venido a haceros una proposición que lo solucionará todo.

—No queremos oír nada —gruñó Georg.

—Dejadle hablar —intervino ________—. Tengo interés en escu­char lo que se le ha ocurrido.
—Haced caso a la señora. Queréis sacar a vuestro hermano de este apuro, ¿verdad?

Desconcertado, Bill clavó la mirada en Michelle.

—¿Tu hermana ha recuperado la cordura? ¿Va a decir la ver­dad?

Algo brilló en las profundidades de los ojos de la joven antes de ocultarlo bajando la mirada.

—No saquéis conclusiones precipitadas —les advirtió Mike—. Mi hermana no ha mentido. Pero está dispuesta a cambiar su his­toria para salvar a Tom. Dirá que estaba tan afectada que con­fundió la realidad con la fantasía. Ya sabéis lo soñadoras que pueden llegar a ser las mujeres y siempre ha ansiado casarse con un Kaulitz.

—Y mi hermano ha resultado el chivo expiatorio oportuno —observó Bill secamente—. ¿Cuál es tu propuesta, Doolittle?

—Como Tom ya está casado —dijo, lanzando a _______ una mi­rada de desagrado—, no tiene sentido esperar que recapacite y se case con Michelle. —Miró entonces a Bill, con una taimada sonrisa en los labios—. Michelle desea con todas sus fuerzas ca­sarse con un Kaulitz, así que la he convencido para que se con­forme con uno de vosotros dos. —No esperó a ver la sorpresa que causaban sus palabras antes de continuar—. Georg es todavía un crío, pero tú, Bill, tienes la edad adecuada.

Como los dos Kaulitz parecían demasiado aturdidos para ha­blar, fue _______ quién tomó la palabra:

—Está loco. Bill jamás aceptará una propuesta tan estúpida.

—No le corresponde a usted tomar la decisión, señora. Michelle está dispuesta a decirle a John Reed y al juez que Tom es inocente. Asegurará que se encontraba confusa por lo ocurrido, pero que ahora recuerda claramente que llegó un desconocido al rancho buscando trabajo cuando yo no estaba. Al encontrarla sola, éste la atacó y violó y, cuando ella le amenazó con avisar a los vi­gilantes, la golpeó duramente. Dirá que se inventó esa historia sobre Tom porque se sentía demasiado avergonzada para admitir lo que ocurrió en realidad. Pero claro, sólo contará esa historia si Bill está dispuesto a casarse con ella.

Bill observó a Michelle, que todavía no había levantado la mirada y seguía sentada en la silla mientras retorcía sin cesar un pañuelo entre las manos.

—¿Es cierto eso, Michelle?

Todavía manteniendo la vista baja, la joven respondió.

—Mike dice la verdad.

—Lo único cierto aquí es que Tom sedujo a mi hermana, la dejó embarazada y la golpeó cuando ella le exigió que se casaran —dijo él con acritud—. Pero Michelle está dispuesta a mentir con tal de que uno de los Kaulitz dé su apellido al bebé, sin im­portar qué hermano sea. Ya que Tom está casado, Bill servirá perfectamente.

—¿Y si le cuento al juez todo lo que me acabáis de decir? —exigió Bill.

Mike no pareció preocupado.

—Michelle lo negará, por supuesto, y se ceñirá de nuevo a la historia original. Piénsalo si quieres, Bill, aunque no queda de­masiado tiempo. Ten en cuenta que si te casas con mi hermana, Tom quedará libre. Por supuesto, el matrimonio tendrá que ce­lebrarse antes de decir nada.

—Jamás había visto una mente tan diabólica —le acusó Georg, cerrando los puños para contener el evidente deseo de golpear a Mike—. ¿Qué esperas ganar con esto? Seguro que ya has maqui­nado algo al respecto.

—Por supuesto, espero que Bill comparta parte del dinero con su esposa. Que ella, por supuesto, repartirá con su cariñoso hermano. —De repente, la expresión de Mike pasó de desagradable a interesada—. Por cierto, necesito cinco mil dólares de inmediato para pagar algunas deudas.

—Entonces —se burló Bill—, todo se reduce a un tema eco­nómico ¿verdad? Y si te pago pero no me caso con Michelle. ¿No sería suficiente?

Mike frunció el ceño.

—No. Mi hermana necesita que alguien reconozca a su bas­tardo. Y sólo se conformará con un Kaulitz.

—¡No puedes estar dispuesto a ceder a esta farsa, Bill! —gritó _______ indignada—. Es un chantaje.

Notó que se ruborizaba al hacer la acusación; ella misma había chantajeado a Tom para que se casara. Aunque había actuado mo­vida por la desesperación, había hecho lo mismo que los Doolittle. Lo que Mike requería de Bill no era peor que lo que ella le había exi­gido a Tom. Aquel pensamiento la hizo comprender con claridad por qué Tom odiaba la idea de seguir casado: lo había coaccionado y se encontraba en una situación que no podía tolerar.

 —¿Me juras que liberarás a Tom si me caso con Michelle? —preguntó Bill. Su voz sonaba demasiado tranquila y contro­lada para pertenecer a un hombre conocido por su volátil carácter, y _______ supo que explotaría en cualquier momento.

—¡Maldita sea, Bill! ¡Te has vuelto loco! —estalló Georg—. Tom no querría que te sacrificaras por él. Odiaría esa idea con toda su alma y tú lo sabes.

—Tom no está aquí —dijo Bill con los dientes apretados.
—Eres muy listo, Kaulitz —dijo Mike con una sonrisa burlona.
—¿Cuánto tiempo tendríamos que permanecer casados? —quiso saber Bill.

—Si de mí dependiera, para siempre. Pero me siento magná­nimo, lo único que quiero es que sigas casado con ella hasta que dé a luz para que el niño tenga un apellido. En la familia Doolittle no hay bastardos, y así seguirán las cosas. Y, si os divorciáis, Michelle espera conseguir un provechoso acuerdo, por supuesto.

—Te equivocas, Doolittle —gritó Georg—. Ya hay un bastardo en la familia Doolittle. Se llama Mike.

A Mike no pareció afectarle el insulto.

_______ miró a Michelle y decidió abordar el problema desde otro ángulo. La joven había oído todo lo que allí se decía sin aban­donar aquella actitud sumisa, sin mostrar el más leve desacuerdo con su hermano. Decidió que sería mejor intentar hacer razonar a la muchacha.

—Michelle, ¿no tienes nada que decir al respecto? —preguntó ________, inclinándose para mirar a la pálida mujer—. ¿Deseas real­mente tener un marido que no te quiere?

—Mi bebé necesita un apellido —dijo en voz baja y lanzando una cautelosa mirada a su hermano antes de continuar—. Mike me quiere, desea lo mejor para mí.

—Pero lo cierto es que te violó y golpeó un desconocido, ¿ver­dad? —la desafió _________, yendo directa al grano.

—No... no ocurrió eso. Por favor, no me haga más preguntas.
—¡Cobarde! —gritó _________.

—Deje de acosar a mi hermana —le advirtió Mike—. Como pueden observar se encuentra en un estado delicado. —Se volvió hacia Bill—. ¿Qué, Kaulitz? ¿Cerramos el trato?

—A Tom no le gustaría —dijo _______.

—¡No aceptes, Bill! —intervino Georg airadamente—. Este bastardo piensa que estamos en sus manos, pero no es cierto. El juez nos dará la razón.

—Claro, esperad —les sugirió Mike taimadamente—. Corre el rumor de que John Reed ha convencido a los vigilantes para lin­char a Tom antes de que llegue el juez. Piensan tomar la cárcel mañana por la noche.

_________ soltó un gemido.

—¡Tenemos que impedirlo!
—No podréis evitarlo —dijo Mike—. La gente del pueblo apoya a Reed y en el rancho no tenéis hombres suficientes para detener­les.

—Tiene razón —admitió Georg a regañadientes—. Reed le odia desde que Katia... —Lanzó una mirada avergonzada a ________—. Desde que Katia le prefirió antes que a él. Reed sabe de sobra que el juez se limitará a multar a Tom o a sentenciarle a una pena leve y no puede aceptarlo. Walters puede ser conocido como el Juez de la Horca, pero no colgará a un hombre inocente.

—¿Estás diciendo que no podemos impedir de ninguna ma­nera un linchamiento ilegal? ¡Menuda parodia de justicia! —________ estaba tan agitada que apenas podía hablar.

—Sí, podemos hacer algo —dijo Bill, en tono de resigna­ción—. Georg, vete al pueblo y trae contigo al reverendo.

Georg palideció.
—¡No puedes!
—Haz-lo-que-te-he-dicho —pronunció Bill en tono firme y decidido.

Georg pudo leer en el implacable tono de su hermano y en la expresión de su rostro que estaba totalmente dispuesto a llevar a cabo esa insensatez. Nada de lo que él le dijera o hiciera le haría cambiar de idea. Pero, a pesar de todo, tenía que intentarlo.

—¿Estás seguro, Bill?
—Hazlo, Georg.

El joven dio un portazo al salir. Bill esperó a que Georg estu­viera camino del establo antes de hablar.

—No esperes que viva con tu hermana, Doolittle. No insultaré a mi familia trayéndola a casa. Le daré mi nombre y el dinero que quieres, pero nada más. Es la única condición que pongo, pero si no estás de acuerdo, no me casaré.

Mike miró a Bill con los ojos entrecerrados, luego se volvió hacia Michelle.

—¿Qué opinas?

Como si le sorprendiera ser incluida en la decisión, la joven le­vantó la cabeza de golpe.
—¿Debo aceptar, Mike?

—Por supuesto, querida. —Su voz tenía un tono amenaza­dor—. Es lo más correcto, ya no puedes tener a Tom, pero Bill también es un Kaulitz y en ciertos aspectos, incluso es una elec­ción mejor. Tu bebé tendrá un apellido.

—Eres tan corrupta como tu hermano, Michelle —la acusó _______—. Todos sabemos que Tom jamás golpearía a una mujer. —Sin embargo no aseguró que no era el padre de ese niño pues, aunque intentaba con todas sus fuerzas no pensar que él podría haber seducido a Michelle, era demasiado diestro en esas cues­tiones.

—Bueno, hermanita —aguijoneó Mike—, ¿aceptas los térmi­nos? ¿Te conformas con Bill en vez de Tom?

Michelle miró a Bill. Su expresión la asustó y pensó que era bueno no tener que vivir bajo el mismo techo que un hombre tan enfadado, sin embargo no le sorprendía que estuviera molesto. Mike también se comportaba así en algunas ocasiones; aunque solía mantener bajo control su brutalidad, a veces, cuando... Negó con la cabeza sin permitir que aquellos desagradables pensamientos inundaran su mente. Si se negaba a pensar en ello, casi podía llegar a creer que Tom Kaulitz era realmente el padre de su hijo.

—No me importa que Bill no quiera vivir conmigo. Mi bebé tendrá el apellido igualmente. —Miró a Mike como si buscara su aprobación, que él le ofreció con una amplia sonrisa.

—Bueno, ahora nos quedaremos aquí sentados a esperar al re­verendo. La señora Kaulitz y Georg serán los testigos y yo entre­garé a mi hermana en ausencia de mi padre.

—¿Qué opina tu padre de todo esto? —preguntó Bill con curiosidad—. Se tiene que haber dado cuenta de que Michelle está en estado.

—El viejo está demasiado débil para darse cuenta de nada —se burló Mike—. Se cree todo lo que le decimos. Ayer le men­cioné que Michelle pronto obtendrá un padre para su hijo y pa­reció quedar conforme.

—Qué conveniente para ti, ¿verdad?

—¡Maldita sea! Los Kaulitz os consideráis mejores que los demás ¿verdad? Pero da igual, de cualquier manera, mi hermana llevará vuestro apellido. Y, si yo fuera tú, me quedaría con ella. Una vez que nazca su pequeño bastardo, podrías encontrarle alguna utilidad.

—Si no estuviera en juego la vida de Tom, os echaría de aquí a patadas —gruñó Bill, conteniendo por los pelos su tempera­mento. Estaba a punto de volverse loco y no sabía cuánto tiempo lograría mantener los puños alejados de la cara de Mike.

Procurando relajar un poco la explosiva atmósfera, ________ in­tentó que Bill se sentara y se relajara. Pasarían por lo menos dos horas antes de que Georg regresara con el reverendo.

—Tengo cosas que hacer —dijo Bill, dirigiéndose a la puerta—. Atiende a nuestros invitados, _________.

—¡No se te ocurra largarte de aquí! —le gritó Mike.

—No irá a ningún sitio si es la vida de su hermano lo que corre peligro —dijo __________—. Será mejor que tomemos un café mientras esperamos.


CHICAS.... espero les guste el capi =).. y se los deje largo, para no dejarlas TAN intrigadas jajajaja xd....
y ya saben si veo comentarios y si puedo por mi trabajo en la tarde les subo otro capi =)

Cuidence
Las Quiero

BYE =D

jueves, 30 de agosto de 2012

"CAPITULO 25"


_______ encontró el rancho Rocking D sin problemas. Ignoró a los vaqueros que interrumpieron su trabajo para mirarla de manera lasciva cuando entró en el patio y se bajó del caballo. Aquellos hombres parecían un montón de vagos redomados, más interesa­dos en descansar apoyados en la cerca que en repararla. El rancho y las edificaciones anexas estaban en muy mal estado y pedían a gritos ser arreglados; le recordaba a su propio rancho antes de que Tom cambiara las cosas.

Haciendo acopio de valor, _______ subió los escalones del porche y llamó a la puerta; golpeó la hoja dos veces y estaba a punto de hacerlo una tercera vez cuando la abrió una hermosa rubia con los ojos de color chocolate y el cutis cremoso. Era menuda, muy frágil y estaba... muy embarazada.

—¿Qué quiere? —preguntó Michelle con nerviosismo. Parecía asustada por algo y ________ se preguntó quién o qué la habrían puesto tan nerviosa—. ¿Quién es usted?
—¿Puedo entrar?
—No... sé. Estoy sola.
—Es con usted con quien quiero hablar. —Pasó junto a Michelle y se encontró en el interior de una sala dominada por una enorme chimenea.
Michelle cerró la puerta y siguió a ________.

—¿Quién es usted? —repitió.
—¿Puedo sentarme? —preguntó _________, hundiéndose en un sofá sin esperar respuesta y dando palmaditas en el asiento para que la otra mujer se sentara a su lado.

Sorprendida por los modales más bien impertinentes de su vi­sita, Michelle se sentó sin poder apartar los ojos de las piernas de _______, embutidas en unos pantalones.

—Jamás había visto a una mujer vestida así. ¿Es usted amiga de Mike?
_______ esbozó una tensa sonrisa.
—Nada de eso. Soy ________ Kaulitz, la esposa de Tom.

A Michelle se le descompuso la cara y se puso en pie con ra­pidez.

—¿Sabe lo que ha hecho? ¡Lo ha echado todo a perder! No sé cómo se atreve a venir a mi casa.

—Lo siento, Michelle, pero tengo que saber qué fue lo que ocurrió realmente entre Tom y usted. Conozco muy bien a mi marido y no creo que sea capaz de hacer las terribles cosas de las que le acusa.

_________ vio que a Michelle le temblaban los labios y temió que se echara a llorar.

—No quiero contrariarla, sé que no es bueno que una mujer en su estado esté sometida a fuertes emociones pero, por favor, cuénteme qué es lo que sucedió entre Tom y usted.

—¿Qué le ha dicho Tom?
—Niega todo... Dice que no le hizo daño.
Michelle entrecerró los ojos.
—Sí, bueno...
—¡Cuéntale la verdad a esta zorra, Michelle! —_________ pegó un brinco y se colocó al lado de la otra joven cuando Mike Doolittle entró en la sala hecho un basilisco.
—Mike, creía que habías ido al pueblo.

________ no había visto jamás tanto miedo en la cara de una mujer; Michelle parecía haberse quedado petrificada.

—Allí me dirigía cuando el caballo comenzó a cojear. Los hom­bres me dijeron que había venido una visita y me acerqué a ver de quién se trataba. Observo que he llegado justo a tiempo. Adelante, Michelle. Cuéntale a la esposa de Kaulitz lo que te hizo su ma­rido.

Los ojos de Michelle se llenaron de lágrimas.

—¿Tengo que hacerlo, Mike? Ya se lo he contado al médico, a los Kaulitz y a John  Reed. No creo que...

Mike se acercó amenazadoramente a su hermana y blandió un enorme puño ante su cara.

—Lo contarás las veces que haga falta. Somos una familia orgullosa y Tom Kaulitz no va a salirse con la suya. Los habitantes del pueblo ya están pidiendo a gritos un linchamiento, así que cuéntale, Michelle, cuéntaselo todo.

________ observó cómo la otra joven retrocedía llena de temor, confirmando su suposición de que allí pasaba algo raro. ¿Por qué a esa joven le daba tanto miedo su hermano?

La rubia comenzó a hablar en voz tan baja que _________ tuvo que esforzarse para escucharla.

—T-T-Tom acostumbraba a visitar a mi padre todas las sema­nas, aunque acabó viniendo con más frecuencia, portándose siem­pre de una manera muy amable y solícita conmigo. Mike no estaba mucho en casa y yo me ocupaba de mi padre lo mejor que podía. Como puede ver, el rancho no marcha bien y Tom se preocupaba por mis necesidades, y yo... yo creí que le importaba. —Le lanzó a Mike una mirada llorosa y suplicante—. ¿Es necesario que siga?

—Cuéntaselo todo —dijo Mike con voz firme e intimidante.

Michelle se humedeció los labios y continuó:

—Un día, Tom comenzó a besarme y no se detuvo cuando se lo pedí. Me asusté y me zafé de él, pero se rió de mí. Yo quise gritar, pero él siguió besándome y diciéndome lo mucho que me deseaba. —Comenzó a llorar, a sollozar, como si recordara aquello con horror—. Al cabo de un rato no me importaba hacer cual­quier cosa que me pidiera.

________ conocía la sensación. Tom sólo tenía que tocarla y ella se derretía en sus brazos.

—¿Tom te violó? —preguntó _______ en voz baja, atascándose al decir aquella palabra.

—No... no fue así. Me dijo cosas. Cosas que me hacían sentir especial. Me sedujo y yo fui tan ingenua como para creer que le importaba. —Michelle vaciló y le lanzó a su hermano una mirada suplicante.

—Sigue —dijo Mike sin piedad.
—Nosotros... Tom y yo... hicimos el amor muchas veces después de aquello. Entonces, un día me enteré de que estaba em­barazada. Apenas pude contener mi impaciencia para contárselo. Le amaba locamente y pensaba que nos casaríamos y viviríamos felices con nuestro hijo.

—¿Qué dijo Tom cuando se lo contaste? —preguntó _______, temiendo oír la respuesta. Michelle parecía tan ingenua, tan sin­cera, que era difícil no creer lo que decía.

—Tom cambió cuando le expliqué que íbamos a tener un hijo —continuó—. Se convirtió en un monstruo. Me dijo que era una pequeña idiota y que sólo valía para una cosa.

—¡No! Tom jamás diría una cosa así —negó _________, incapaz de conciliar las palabras de Michelle con el hombre que conocía y amaba.

—Cuando le pedí que se casara conmigo y que le diera un nom­bre a nuestro hijo, me abofeteó. De repente se volvió contra mí como si se hubiera vuelto loco, comenzando a darme puñetazos en la cara, en el estómago, parecía no importarle donde me pe­gaba. No sé durante cuánto tiempo continuó porque me desmayé. El médico me dijo que era una suerte que estuviera viva y que no hubiera perdido al bebé.

_________ se mantuvo impávida como una estatua durante todo el relato. No quería creer a Michelle, pero...

—¿Ha escuchado suficiente? —preguntó Mike en tono malé­volo—. Su marido hizo que mi hermana pasara por un infierno y lo pagará. Podría haberse casado con Michelle si usted no lo hu­biera cazado.

—¿Por qué quiere su hermana casarse con un hombre que se ha portado así con ella? —preguntó _______ cuando por fin recuperó la capacidad de hablar.

—Yo me hubiera asegurado de que se portara bien con ella una vez que estuvieran casados —dijo Mike en tono burlón—. Mi familia jamás ha pasado la vergüenza de tener un bastardo en su seno.

Michelle gimió.
—Oh, Mike, ¿cómo puedes decir tal cosa cuándo...?
Él la cogió del brazo y hundió los dedos en su carne.
—¡Cállate! —le exigió.
Michelle apretó los labios hasta que se le pusieron blancos.
—Ya que Tom está casado, ¿por qué no intentan llegar a un acuerdo económico con él —sugirió ________—, y retiran los cargos? No les sirve de nada que esté preso.

Mike le dirigió a _________una sonrisa realmente malvada.

—Ah, no, no se escapará tan fácilmente. Michelle tiene espe­ranzas de emparentar con los Kaulitz y no quiero que mi hermanita se decepcione.

—¿Está sugiriéndome que me divorcie de mi marido? —pre­guntó __________.

—No estoy sugiriendo nada. Cuando haya decidido qué es lo que quiero, se lo comunicaré. He estado meditando sobre el tema desde que me enteré de que Tom ya está casado. Y no crea que no sé por qué se casó Tom con usted.

_______ no quería escuchar las razones de Mike. Aquel hombre era odioso; grande, exigente y asqueroso. Ella ya se había tropezado antes con alguno de esa calaña. Poseía una buena presencia física, con el pelo rubio y los ojos castaños, igual que su hermana; pero __________ sabía que era un matón. ¿Qué le habría hecho a su hermana para que estuviera tan aterrorizada?, se preguntó. Dio un paso hacia la puerta para marcharse, ya había oído más de lo que deseaba sobre aquel supuesto asunto entre Michelle y Tom.

—¿Ya ha escuchado suficiente? —la acosó Mike despiadada­mente al ver que _________ retrocedía—. Quizá debería quedarse un rato más y comparar apuntes con mi hermana sobre cómo se comporta Tom en la cama.

—¡Mike, por favor! —La cara de Michelle adquirió un profundo rubor.

—Todavía está a tiempo de decir la verdad —dijo ________—. Sé que Tom no es capaz de hacer lo que me ha contado, él jamás haría daño a una mujer. Por favor, diga la verdad antes de que sea demasiado tarde. ¿Le tiene miedo a su hermano? Si es por eso por lo que...

—¡Váyase! —gritó Mike, amenazando a ______ con el puño—. Está molestándola.

_________ no discutió. Estaba deseando salir de allí. Mike Doolittle era un matón despiadado que tenía a su hermana aterrorizada.

—Me voy —dijo, lanzándole a Michelle una mirada compa­siva—. Me encontrará en el rancho Kaulitz si se decide a contar la verdad.

No importaba lo que pensara de aquella mujer y de las mentiras que le había contado sobre Tom, sentía lástima por ella; vivir con un hermano como Mike debía ser un infierno.

Mientras regresaba al rancho Kaulitz, ________ revisó cada palabra de la conversación. La joven parecía tan convincente que era difícil no creer su historia. No le extrañaba que los habitantes de Dry Gulch se alzaran en armas para vengar lo sucedido. Pero Michelle también era una víctima; aunque, ¿de quién?

Aquella situación era tan enigmática como desoladora. ¿Tendría Tom Kaulitz  dos caras? La que ella conocía y la que había mos­trado con Michelle. Cuanto más lo pensaba, más convencida es­taba de que algo no encajaba, algo que había pasado por alto durante su visita. El miedo de Michelle, el extraño comporta­miento de Mike... Nada tenía sentido. ¿Qué clase de retribución tenía en mente Doolittle? Fuera lo que fuera, a los Kaulitz no les gustaría. Cuando regresó al rancho no estaba menos confundida que cuando había salido de él.

Bill y Georg vieron a ________ cuando entró en el patio. Los dos estaban montados a caballo.

—Estábamos a punto de salir para ir a visitar a Tom —le dijo Bill—. ¿Quieres venir?
________ asintió con la cabeza. Tenía que preguntarle a su marido algunas cosas.

—¿Cómo te fue con Michelle? —se interesó Georg.

—Mike estaba en casa —dijo ________—. Esa chica parece total­mente aterrorizada por su hermano.
Georg soltó una florida maldición.

—Mike puede ser un auténtico bastardo. No le habrá hecho daño, ¿verdad?

—No, no es eso. Todo lo que Michelle dice de Tom no tiene sentido, vuestro hermano no es como ella le describió. Pero parece tan sincera que es imposible no creerla. Es necesario que hable con Tom.

—Adelante, entonces —dijo Bill—. Logan regresó del pueblo mientras estabas fuera y nos dijo que los ánimos están caldeados. Georg y yo queremos asegurarnos de que no le linchen.

Al llegar a la cárcel, Bill y Georg hablaron con Tom. No les per­mitieron entrar en el estrecho cobertizo, así que conversaron a tra­vés de la ventana enrejada. Mientras ellos cuchicheaban en voz baja, ________ observó a la multitud que se arremolinaba alrededor del edificio. Iban y venían, pero la hostilidad colectiva no variaba. ______ se puso rígida cuando vio que Mike Doolittle se unía al grupo y comenzaba a murmurar entre la gente. Sus palabras parecieron encender más los ánimos y algunas personas se adelantaron. _________ se volvió asustada y alertó a los hermanos de Tom.

—Ve a hablar con Tom, _______. Georg y yo nos encargaremos de todo —dijo Bill, abriéndose la chaqueta para mostrar el revólver que llevaba en la cadera.

________ miró a través de la estrecha ventana dubitativamente. No sabía cómo la recibiría Tom, ni siquiera si le hablaría. Estaba sen­tado en un banco con el ceño fruncido y, cuando la vio, profun­dizó el gesto todavía más.

—Te dije que te fueras a tu casa.
—Lo haré... pronto...
Él se levantó y se acercó a la ventana.

—Ya sabes lo que ocurrirá, ¿es por eso por lo que estás aquí? No tienes más que escuchar a esos tontos de ahí fuera, están se­dientos de sangre. Mike Doolittle quiere enviarme al infierno, pero me consuela saber que no conseguirá el dinero de los Kaulitz, nues­tro matrimonio ha frustrado sus planes. De todas maneras, Mike sabe de sobra que no me casaría con su hermana ni loco. Desafortuna­damente para mí, o John Reed o él conseguirán que me maten.

—No pueden ahorcarte —dijo _______ con ferocidad—. No es legal.
—¿Acaso ves a otro representante de la ley?
—Tus hermanos...

—_______, te lo voy a decir por última vez: ¡Vete a tu rancho! No te necesito aquí. No quiero que estés aquí. Todo ha acabado entre nosotros, estamos en paz. Nuestro matrimonio ha servido para sus propósitos.

—¿Por qué eres tan odioso?
Algo brilló en los ojos de Tom, pero desapareció con rapidez.

—No estoy siendo odioso, sólo soy práctico. Conoces de sobra las razones por las que nos casamos y todo ha terminado ya, _________. —Se dio la vuelta.

________ intentó sentirse furiosa, pero no pudo. Puede que Tom estuviera en lo cierto, pero ella no iba a marcharse.

—No te atrevas a darme la espalda, Tom. —Sus estridentes palabras hicieron que él girara la cabeza hacia ella—. Quiero saber la verdad. ¿Sedujiste a Michelle? ¿La dejaste embarazada? Ni siquiera voy a preguntarte si la golpeaste, porque no creo que seas capaz de esa clase de brutalidad.

_________ había captado su atención. Hubo un tenso silencio entre ellos, pero, finalmente fue él quien habló primero:

—Puede que sí, puede que no. ¿Qué más da? Piensa lo que quieras. —Se encogió de hombros—. Si crees que seduje a Michelle...

—No tuviste ningún problema para seducirme a mí —susurró ________.
Hubo un largo silencio en el que el aire pareció espesarse alre­dedor de ellos.

—Tú lo estabas deseando —dijo él sencillamente.

_________ intentó convencerse a sí misma de que Tom estaba herido y enfadado. Que, a menudo, la gente decía cosas hirientes cuando estaba sometida a mucha presión.

Contuvo un sollozo y alzó la barbilla en claro desafío.

—Dejar embarazada a una mujer no es nada del otro mundo y no pienso irme.

Tom observó la reacción de _________ con la mirada clavada en su rostro. No alcanzaba a imaginar qué era lo que la llevaba a per­manecer leal a él cuando había hecho todo lo posible para que le mandara a freír espárragos. Había llegado al extremo de intentar plantar dudas en su cabeza sobre si era o no culpable.

________ le había seguido y le había salvado de la horca; era mucho más de lo que hubiera hecho cualquier esposa, y él la recompen­saba actuando como un bastardo y mandándola a su casa.

Y ella se negaba a obedecerle.
Bruja terca.

En su boca se había dibujado una sonrisa cuando regresó al banco para contemplar con fascinación los feroces ojos azules de su esposa, su pelo del color del trigo maduro y aquellos labios rojos y exuberantes que suplicaban que la besara.

CHICAS... como lo prometido es deuda.... aqui les dejo el capi... ya que me falta poco por irme del trabajo jajaja...
Gracias Jennifer y Virgi.. por sus comentarios =D...
Espero que les guste mucho el capi...
Virgi, ya te agrege en el Facebook... estamos en contacto :)

Cuidence ...
Las Quiero
BYE =D


"CAPITULO 24"


_______ había esperado intercambiar unas palabras en privado con Tom antes de que John Reed lo encerrase en el cobertizo que utilizaban como cárcel, pero los acontecimientos se precipitaron después de que Mike Doolittle se enteró de que Tom ya estaba casado. El intrigante hermano de Michelle se había quedado lí­vido de furia y la emprendió contra Tom y ________, azuzando a la gente contra ellos. Así que cuando las cosas se pusieron realmente feas, Bill y Georg la hicieron subir al caballo y la alejaron de aquel caos. ________ seguía sin asimilar lo sucedido cuando llegó al rancho Kaulitz.

Nunca hubiera supuesto que albergaran unos sentimientos tan violentos hacia su marido. ¿Qué habrían hecho los Kaulitz en su juventud para haberse granjeado la animosidad de tanta gente?, se preguntó. Regresar casado a Dry Gulch no había ayudado a la causa de Tom. Mike Doolittle había conseguido provocar en los habitantes del pueblo un salvaje frenesí. Si Tom hubiera regre­sado a Dry Gulch, admitido haber dejado embarazada a Michelle y después se hubiera casado con ella, con el tiempo le hubieran perdonado; pero había cometido el imperdonable pecado de con­traer matrimonio con otra y ahora todos querían lincharle.

_________ se tranquilizó un poco al saber que Bill y Georg planea­ban proteger a Tom en todo momento ya que, lamentablemente, parecía la única manera de impedir que hubiera una ejecución ile­gal antes de que el juez apareciera por el pueblo en su periplo ha­bitual. Teniendo tantas cosas por las que preocuparse, ________ pasó una mala noche.

 
A la mañana siguiente, ________ entró en la cocina y se sirvió una taza de café que llevó a la mesa para poder continuar con sus silencio­sas meditaciones mientras lo bebía.

Bill entró en la cocina.
—¿Qué te parece nuestro rancho? —preguntó a _______ cuando la vio.

El día anterior, la joven estaba demasiado exhausta, por lo que apenas pudo hacer otra cosa que dar cuenta de la excelente cena que había preparado el cocinero de los Kaulitz antes de irse a la cama. Sin embargo, por la mañana había tenido tiempo de obser­var más detenidamente el hogar de Tom. En algunas cosas era mejor que Circle F y en otras no había comparación.

—Es impresionante —admitió _________, contemplando a través de la ventana la cima cubierta de nieve de una montaña lejana—. Esta casa es mucho más grande que la mía, pero le falta un toque femenino.

—Tenemos un ama de llaves que se ocupa de las tareas diarias, pero la única mujer que vivió aquí después de que se fuera nuestra madre fue la primera esposa de Tom, y no se quedó ni tres meses. Ha sido un lugar exclusivamente masculino desde que puedo re­cordar.

—Lo siento, no tenía intención de... —dijo ________, temiendo estar resucitando dolorosos recuerdos.

—No te disculpes —dijo Bill con severidad—. Mis herma­nos y yo no necesitamos que nos tengan lástima. Pero me gustaría mucho saber cómo es que Tom y tú habéis llegado a ser marido y mujer. Conozco bien a mi hermano, y no es de los que se casan.

—Ya te dije ayer que preferiría que fuera Tom quien con­tara...
—Pero como él no puede hacerlo, me gustaría que me lo ex­plicaras tú.
—¿De qué estáis hablando? —dijo Georg cuando entró por la puerta trasera y vio a Bill y _______ sentados a la mesa.
—Siéntate —le invitó Bill—. _______ estaba a punto de expli­carme como consiguió pescar a Tom.

—Esa sí debe ser una historia interesante, no me la perdería por nada del mundo —dijo Georg, moviendo una silla con la punta de la bota para sentarse.

______ estudió a sus cuñados con los ojos entornados. Los dos eran muy guapos y tenían buena planta. Aunque parecían hombres duros, le daba la sensación de que, si rascabas un poco la superfi­cie, serían cariñosos y leales. Pensó que acabarían encontrando mujeres dignas de su amor. No podía culparles de que, en ese mo­mento, estuvieran preocupados por la apresurada boda de su her­mano.

Georg le dirigió una mirada calculadora.

—Adelante, ________, cuéntanos como conseguiste coaccionar a Tom para que se casara contigo.

______ clavó la mirada en los ojos verdes de Georg, muy distintos a los de su hermano mayor. Poseía unas pobladas cejas negras que ahora estaban fruncidas y en los duros rasgos de su boca resalta­ban unas tensas líneas blancas alrededor de los labios. Su pelo, aunque no tan negro como el de Tom, era lo suficientemente os­curo para realzar la tez morena y darle cierto aire de peligro.

—¿Qué te hace pensar que le coaccioné?
—Conocemos a Tom demasiado bien —explicó Georg—, jamás ha pensado en volver a casarse.

________ centró a continuación la atención en Bill, el mediano. Tenía el pelo más claro que su marido y sus ojos tendían más al color avellana que al verde, pero eran igual de impresionantes que los del resto de los Kaulitz, gracias a las diminutas motas doradas que brillaban en el centro del iris. Había algo duro e inclemente en aquellas profundidades insondables. Algo le decía a ________ que de los tres, Bill era el menos inclinado a aceptar compromisos y al que menos le importaría sacrificarse por sus hermanos.

—Tienes razón —dijo ______ lentamente, deseando poder hacer que lo sucedido no pareciera tan crudo y condenatorio. Pero no parecía que ni Bill ni Georg estuvieran dispuestos a conformarse con otra cosa que no fuera la verdad—. No voy a mentiros ni a deciros que Tom se casó conmigo porque se enamoró locamente de mí.

—¿Tom locamente enamorado? Pensaría que es un chiste —se rió Georg

Bill no dijo nada, esperando que la joven continuara. Recordó la ternura con la que Tom la había tratado y la ansiedad que mos­tró por su bienestar. No recordaba que su hermano hubiera mi­rado nunca a una mujer de la manera en que la había mirado a ella.

_______ bajó la mirada a las manos, que tenía apoyadas con fir­meza sobre la mesa.

—Tom no tuvo otra alternativa. Le obligué a casarse conmigo.

—¿Le obligaste? —La voz de Bill rezumaba furia conte­nida—. Me resulta increíble. ¿Por qué no empiezas por el princi­pio?

La tensión en la estancia era palpable.

—Encontré a Tom en el sótano de mi casa. Había recibido un disparo y estaba al borde de la muerte. Después de que Manuel lograra sacarle la bala, le cuidé hasta que, poco a poco, recuperó la salud.

—¿Quién es Manuel? —preguntó Georg.

—Hace años era capataz en el rancho, pero ya es un anciano. Ahora hace tareas menores y es mi amigo.

—¿Quién disparó a Tom? —inquirió Georg.
—Los vigilantes.                       
—Sigue —la urgió Bill—. ¿Qué sucedió después de que le salvaras la vida?

—Un día, John Reed y los vigilantes aparecieron en la puerta de mi casa. Querían saber si había visto a Tom por allí. Me dije­ron que le perseguían porque había dejado encinta a una mujer en Dry Gulch y que, tras darle una paliza, se había dado a la fuga, pero yo no creí que Tom fuera capaz de una cosa tan terrible, así que les despisté.

—Y Tom se casó contigo por gratitud —se rió Georg—. ¡Im­posible!

—Necesitaba a Tom. Yo estaba a punto de perderlo todo por culpa de Mario Rivas, el banquero de Rolling Prairie, cuyo objetivo era poseer tanto mis tierras como a mí. Me dijo que mi padre había hipotecado el rancho antes de morir, aunque yo sabía que era mentira. Así que pensé que si me casaba con Tom, se daría por vencido.

Bill negó con la cabeza lleno de incredulidad.

—No me puedo crees que Tom accediera a llevar a cabo un plan tan insensato. No es de los que se casan, dan igual las cir­cunstancias.

_______ tragó saliva.

—Es que no estaba de acuerdo. Pero estaba herido y dema­siado débil para dejar el lecho, así que le amenacé; le dije que en­viaría a buscar a los vigilantes si no se casaba conmigo. —Al ver que Bill contenía el aliento, añadió—: No es una disposición permanente. Le dejé claro que podría pedir la anulación una vez que sirviera a mis propósitos.

—¡Le utilizaste! —la acusó Georg.
_______ se sintió herida.

—Quizá. Pero tú no conoces la historia completa. Más bien nos utilizamos el uno al otro. Le salvé la vida. Así que me lo debía. —Sostuvo la mirada de Georg—. La deuda quedó saldada por completo cuando él arriesgó su vida para obtener las pruebas que demostraron que las reclamaciones de Rivas sobre mi ran­cho eran falsas. Si se quedó más tiempo fue porque no tenía otro lugar al que ir.

Tanto Bill como Georg permanecieron inmóviles. ________ se temió que no la creyeran. ¿La echarían de su casa? Supuso que era más que probable.

—Bueno, hay una cosa que no entiendo —dijo Bill con cu­riosidad—. ¿Por qué te encontramos con Tom y los vigilantes? Deberías haberte quedado en el Circle F.

—Tenía el presentimiento de que los vigilantes ahorcarían a Tom sin permitir que se sometiera a un juicio imparcial y me im­porta demasiado para quedarme de brazos cruzados. Quería ayu­darle, así que les seguí. Aunque no sabía cómo, mi intención era detener a los vigilantes e impedir el linchamiento.

—Eso me imaginaba —dijo Bill reflexivamente—. Has sido muy valiente, pero fue una locura. Si no hubiéramos llegado cuando lo hicimos, Reed te habría violado.

_______ irguió la cabeza de golpe.
—Si no hubiera intervenido cuando lo hice, Tom estaría muerto.
—Santo Dios —dijo Georg con repentina comprensión—. Estás enamorada de Tom.
—Eso no es asunto tuyo —replicó _______. Hasta ese momento no había querido admitirlo, ni siquiera ante sí misma, pero ya no había razón para negarlo.
—No esperes que Tom te corresponda —advirtió Bill.

_______ se estremeció ante la dureza de esas palabras, pues sabía que eran ciertas.

—¿Crees que no lo sé? Sólo estoy aquí para ayudarle, no para cazarle. En cuanto esté en libertad, regresaré al Circle F y él podrá dedicarse a lo que quiera que se dedicara antes de que le obligara a casarse conmigo. No será difícil obtener la anulación o el divor­cio, dadas las circunstancias de nuestra boda.

Bill la miró con intensidad.

—¿Existe alguna posibilidad de que estés embarazada? Co­nozco bien a Tom y, si estáis casados, seguro que habréis com­partido cama. ¿Vas a intentar retenerle por medio de un niño?

Alarmada ante tanta franqueza, ________ le miró con helada dig­nidad.
—Yo no haría tal cosa.

Bill no mostró reacción alguna.

—Pero es posible, ¿no? —Aquella implacable crueldad sólo era una prueba de su tenacidad. Para Bill todo tenía una explicación, incluso las cosas que parecían desafiar la razón.

_______ se enfrentó a él sin ceder un ápice.

—Sí, es posible. Pero eso no cambia nada. Jamás retendría a Tom sabiendo cuánto aborrece el matrimonio. Tengo un rancho y poseo los medios para mantener a un hijo. De todas maneras, es una tontería hablar de esto; todavía es muy pronto para saberlo.

Georg negó con la cabeza intentando encontrar algún sentido a todo lo que ________ les había contado. Sabía que algo no encajaba, pero no era capaz de descubrir el qué.

La mente fría y analítica de Bill ya había sopesado los hechos cuidadosamente y llegado a una conclusión; puede que ésta no le gustara demasiado, pero resolvía de manera satisfactoria algunas preguntas para las que no encontraba respuesta.

—Amas a Tom, ¿verdad, ________? Admítelo.
_______ apretó los labios.
—Tu hermano no es un hombre fácil.

Georg soltó una carcajada.

—En eso tienes razón.
—Pero es cierto, ¿no? —siguió presionando Bill.
—¡Sí, maldita sea! ¡Le amo! Pero tranquilo, no le diré una pala­bra a Tom si tú también mantienes la boca cerrada.

—Lo sabía. Me preguntaba por qué razón habías arriesgado la vida por él. Pocas mujeres lo harían. Aunque no creo que yo sea capaz de amar, he visto esa emoción en algunas personas.

—Tom no es una de ellas —agregó Georg—. Esta conversa­ción sobre amor y bebés me está poniendo nervioso. Centrémo­nos en algo importante ¿qué vamos a hacer para salvar la vida de nuestro hermano? Las cosas comienzan a ponerse feas.

—Quiero ayudaros —se ofreció ________—. ¿Qué puedo hacer?
—Tengo la impresión de que Tom no quiere que te quedes aquí —dijo Georg.

_______ alzó tercamente la barbilla.

—No pienso irme. No me iré hasta que esté todo resuelto.

Bill suspiró.

—Me figuraba que dirías eso. Bueno, será bueno contar con toda la ayuda que podamos para arrancar la verdad a Michelle, pero sigue insistiendo en que Tom la sedujo y la dejó embara­zada. Mantiene que la golpeó cuando le suplicó que se casara con ella para darle un nombre a su hijo. Sin embargo, Tom afirma que jamás la tocó, y yo le creo. Georg y yo estamos convencidos de que todo es cosa de Mike Doolittle para tener vía libre a nuestro dinero.

—¿Tenéis una buena posición económica? —preguntó ________ con curiosidad—. No lo sabía. La mayoría de los rancheros de la zona apenas sobreviven.

—Nuestro padre era un hombre muy inteligente —se jactó Georg—. Invirtió parte de su herencia en una pequeña mina de plata. Así que no es que seamos millonarios, pero nos defendemos mejor que otros.

—Y toda esa riqueza es el motivo por el que Michelle acusó a Tom —filosofó _________.

—Es cierto que Michelle está embarazada —dijo Bill—. En cuanto encontremos al responsable, todo quedará aclarado.

—¿Y si voy a hablar con Michelle? —preguntó _______—. Quizá se sincere con otra mujer.

—Eres la mujer de Tom —dijo Georg significativamente—. Michelle te odiará en cuanto te vea, ¿no ves que te has casado con el hombre que quiere para ella?

_________ meditó durante un rato.

—Todo esto me resulta muy extraño. ¿Por qué quiere Michelle casarse con un hombre que supuestamente le ha agredido?

Bill la miró confuso.

—Jamás lo había visto de esa manera. Supongo que por una parte, Mike la presiona para que se case con Tom. Por otra, al ca­sarse, sea él el padre de su hijo o no, conseguirá que su hijo no sea ilegítimo. Mike no permitirá que eso ocurra. Es demasiado orgu­lloso.

Georg hizo hincapié en otra idea inquietante.

—Tom ya está casado y a Mike no le gusta nada que sea así. Os apuesto lo que queráis a que va a seguir dándonos problemas.

________ se puso en pie con tanta rapidez que la silla cayó al suelo.

—¡No podemos dejar que ocurra! Voy a hablar con Michelle.
—Te acompañaré —se ofreció Bill.
—No, quiero que me digas cómo llegar a su casa, pero será mejor que vaya sola. ¿Estará su hermano allí?
—No. Estos días parece como si se hubiera trasladado a vivir al saloon.
—¿Me podría encontrar con algún otro problema?

—El padre de Michelle está postrado en la cama porque pa­dece del corazón, así que estará acostado, y allí no vive nadie más.

—De acuerdo, indicadme cómo llegar.

Bill accedió al darse cuenta de que _________ era una joven sensata que sabía cómo usar la cabeza. Se rió para sus adentros al imaginar los fuegos artificiales que estallarían cuando se juntaran las dos mujeres.

Cuando la joven se dio la vuelta, Georg pareció fascinado por el provocativo balanceo de sus caderas, que se dibujaban a la perfec­ción bajo aquellos pantalones tan ajustados. Esperó a que desapa­reciera antes de mirar a su hermano.

—Parece que nuestro hermano ha encontrado a su media na­ranja. No sé si es un hombre muy afortunado o el que tiene la peor suerte del mundo.


CHICAS.... aqui esta el capi... me alegro tanto de que les guste la Ficc....
y me encantan sus comentarios...
 y VIRGI... a mi igual me encantaria seguir comunicandonos.. no solamente por los comentarios.. jejej y Espero que Tu mamá este mejor =).. y tu igual...

Gracias Por todo..

Las Quiero...
y si puedo les subo otro capi antes de irme del trabajo.. pero quiero que comenten este capi jajajaja xd

Cuidence...
BYE =D