jueves, 16 de agosto de 2012

CAPITULO 15
________ notó que el sexo de Tom aumentaba de tamaño contra su cadera. La fuerza y la resistencia que mostraba eran increíbles, y sólo pensar que aquello lo había provocado el deseo que sentía por ella, la conmovía de maneras que no lograba comprender. Le agradaba que la deseara otra vez y no le rechazaría a pesar del dolor.
—Yo también te deseo —admitió con timidez. Lo que realmente quería era tocarle y sentir el palpitante cuerpo de Tom bajo la yema de los dedos. Así que contuvo el aliento y alargó la mano, cerrándola en torno a él. Observó con sorpresa que Tom daba un brinco y soltaba una maldición.
—Dejaremos esta clase de juegos para otra ocasión —dijo él con voz ronca, apartándole la mano—. No creo que pueda so¬portar que me toques en este momento.
Entonces, _______ notó que le separaba los muslos y se colocaba entre ellos. Luego le puso las manos debajo de las rodillas y la forzó a abrir las piernas todavía más, situándolas encima de sus propios muslos para devorarla con la mirada. Ella esperó con impaciencia, aunque acabó por arquear las caderas de manera invitadora. Sin embargo, él no la penetró, le dirigió una mirada ladina y bajó la boca hacia ella.
_______ gritó cuando la lengua de Tom encontró un lugar tan sensible que le hizo perder la habilidad de pensar, y gimió cuando él le sujetó las caderas con sus grandes manos, abriéndola y acariciándola con los labios.
La liberación fue rápida e intensa. El cuerpo de ________ comenzó a estremecerse y gritó su nombre. Todavía estaba perdida en la brillante oscuridad del clímax cuando Tom flexionó las caderas y la penetró, hundiéndose hasta el fondo al tiempo que la elevaba hacia él para profundizar todavía más.
Tom sintió los espasmos de la joven succionando su sexo. La besó en la boca sabiendo que ella se estaba saboreando a sí misma en sus labios, satisfecho de haberle podido dar placer de esa manera. Entonces comenzó a embestir una y otra vez hasta que sintió que alcanzaba su propia liberación. Gritó su clímax en medio de la oscuridad, entre jadeos entrecortados. Luego cubrió la boca de _______ y bebió los gemidos femeninos cuando ella alcanzó de nuevo el cénit del placer.
—Sabía que eras una mujer apasionada, pero no sabía cuánto —dijo, rodando a un lado.
—¿Te molesta?
—¡Santo Dios, no! Una esposa apasionada es un sueño hecho realidad. —Entonces se dio cuenta de lo que acababa de decir y añadió—: Con tal de que esa pasión se la demuestre sólo a su marido. Por desgracia, he comprobado que las mujeres se muestran a menudo muy deseosas de compartir su pasión indiscriminadamente.
_______ no dijo nada. Se dio cuenta de que aquella filosofía de Tom era el resultado de toda una vida de desengaños y que nada que pudiera decirle le haría cambiar de idea. Él no quería una es¬posa y ella no quería un marido que la tuviera en tan baja estima. Se preguntó si su opinión sería diferente si no le hubiera obligado a casarse. Tom sintió que le atravesaba una punzada de culpabilidad. No podía evitar pensar así de las mujeres. No obstante, ya había decidido ayudar a _______ y no iba a cambiar de idea. Si tenía éxito esa noche, los problemas de su esposa se resolverían y él podría irse; sentir que había pagado su deuda.
—Duerme, cariño —dijo, apretándola contra sí—. Necesitas descansar y recuperarte.
________ cerró los ojos, sintiéndose más feliz que nunca, aunque sabía que Tom no permanecería en el rancho demasiado tiempo. Sus traumas con el sexo femenino impedían que se comunicaran a otro nivel que no fuera el que acababan de experimentar. Sin embargo, no lamentaba haberse entregado a él. Había sido el momento correcto para perder su virginidad y se alegraba de que hubiera ocurrido con Tom.
Dos horas después, Tom se levantó con sigilo de la cama mientras ella dormía profundamente. Se vistió a toda prisa, con la ropa que había descartado antes, y se detuvo al lado de la cama mirán¬dola con una mezcla de confusión y ternura. Ninguna mujer le había hecho sentir la emoción que ella provocaba. Lo mínimo que podía hacer era salvar el rancho antes de marcharse. Esperaba que su esposa no estuviera equivocada con respecto a la hipoteca.
Recogió las botas y la pistolera, traspasó la puerta y bajó las escaleras de puntillas, agradeciendo que no chirriaran y le delataran. Una vez fuera, se puso las botas, se ajustó el cinturón y se dirigió al establo con grandes zancadas.
—El caballo ya está ensillado.
Tom soltó una maldición, buscando el arma con la mano. Se relajó al reconocer la voz.
—Maldita sea, Manuel, ¿qué demonios haces aquí?
—Voy contigo.
—No, no vienes. ¿Cómo has sabido que iba a hacerlo esta noche?
—Eres muy predecible. Desde que Rivas se fue, supe que intentarías forzar de nuevo la entrada del despacho. Estamos desperdiciando el tiempo con tanta cháchara. Los caballos ya están ensillados, vámonos.
—¿Y si nos siguen como la última vez? Uno de los vaqueros del rancho es un espía.
—Bud vigila a los hombres. Confía en mí, nadie saldrá del rancho esta noche. No vas a librarte de mí, Kaulitz, así que será mejor que dejes de intentarlo. Monta.
A Tom no se le ocurrió nada que pudiera hacer cambiar de idea a anciano. Asintió con la cabeza lacónicamente, se subió al caballo y lo dirigió hacia el portón con Manuel pisándole los talones. En cuanto estuvieron lo suficientemente lejos como para no despertar a nadie, pusieron a los animales al galope.
El amanecer ya asomaba en el horizonte cuando Tom y Manuel regresaron al rancho. Bud les esperaba en el establo.
—Nadie ha abandonado el rancho esta noche, señor Kaulitz —dijo Bud—. He estado aquí desde que se marcharon y no ha aparecido nadie. No sé de qué se trata todo esto y no lo quiero saber, pero Manuel dijo que es importante y con eso basta.
—Gracias, Bud, aprecio tu lealtad —dijo Tom, esbozando una sonrisa. La noche había sido dura y él acusaba tanto el frío como el cansancio. Por no mencionar la tensión a la que había es¬tado sometido durante aquella incursión nocturna, y de la que había dependido su éxito.
—Me voy a la cama, estoy exhausto.
Manuel le dirigió una mirada inescrutable y comenzó a decir algo, pero al final cambió de idea y se dirigió al establo, mascullando por lo bajo para sí mismo.
Tom se encaminó hacia la casa a paso rápido, ansioso por meterse en la cama con ________. El deseo la había conducido hasta él la noche anterior y juntos habían alcanzado el paraíso. Jamás habría imaginado que ella fuera capaz de albergar el tipo de pasión que había exhibido. Era mucho más de lo que se había atrevido a soñar nunca. La casa estaba tranquila mientras subía las escaleras y entraba en su habitación. La lámpara se había consumido y la luz grisácea del amanecer se filtraba por la ventana. Se desnudó, levantó la manta y se acostó al lado de ________. Su piel era cálida y suave cuando la abrazó con suavidad contra su cuerpo frío, y suspiró de satisfacción. Ella masculló en sueños y se removió inquieta. Sus inocentes movimientos le hicieron hervir la sangre y la infernal lujuria que sentía por ella no le dejó contenerse. Le acarició los pechos, sorprendido al encontrar que los pezones estaban arrugados en pequeños brotes apretados. Movió la mano más abajo, entre los muslos de la joven, y comenzó a acariciarla allí.
_______ suspiró y abrió los ojos.
—¿Por qué estás tan frío? Te noto helado.
—Me he levantado hace unos minutos a cerrar la ventana —mintió—. Estaba empezando a hacer frío aquí dentro.
—Yo no tengo nada de frío —murmuró ________ contra el torso de Tom—. ¿Quieres que te caliente? —Su voz era tan ardiente y tentadora como su cuerpo.
Tom se puso duro al instante.
—¿No estás dolorida? Fui bastante rudo contigo anoche.
—No te preocupes —murmuró ella, levantando la cabeza en busca de sus labios.
De repente, Tom tuvo calor, tanto calor que le ardía la piel. Se encontró con serias dificultades para pensar cuando deslizó las manos por el cuerpo de _______. Tenían muchas cosas que discutir, pero todo tendría que esperar a que fuera satisfecha una necesidad más acuciante. Movió la boca sobre la de ella mientras se colocaba encima y, poniendo los muslos entre las rodillas de su esposa, la penetró con facilidad. Con la misma facilidad con la que los dos alcanzaron un estremecedor clímax.
Chicas aqui les dejo otro capi...
sorry porque ayer no les subi capi... no pude porque tuve unos problemas .. ademas que estoy sumamente resfriada... asi que cuando pueda les tratare de subir capi...
se me cuidan chicas....
y gracias a Todas por sus comentarios *.*
Las Quiero...
Bye =D

3 comentarios:

  1. me encanto el cap joder Tom es tan ardiente aaaa lo ame enserio que lo ame....sube pronto xfa amo la fic :)

    espero que pronto te recures de ese resfriado..cuidate besitos chao:)

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  2. Cada vez mas emocionante. Kiero saber si llegaron a encontrar esos papeles.. Me enxanta mucho la fic. Lo juro..
    Siguelaa pronti. Bye cuidate y abrigate :-)

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  3. BUENO QUE TOM TAN CALENTURIENTO... no tiene llenadera XD hahahah pero asi lo amo hahhaha si yo tambien quiero saber si encontraron los papeles y que pasara de ahora en adelante ya que tuvieron que ver como esposos ... sale chauu y mejorate pronto del resfriado.. se sufre tanto ¬¬ bye XD

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