viernes, 19 de octubre de 2012

Hola... Chicas......
estoy nuevamente por aqui.. para dejar el link de mi nueva nove.. espero que la sigan...
asi como siguieron esta...
Y tambien espero que les guste...
Les dejo el link para que se pasen..

Fuegos de Amor (Tom & Tu)


Esperare sus vivitas por haya... y para que sepan ya subi el prologo...
Espero les guste...
Cuidence muchooooo

Cualquier cosa.. les dejo la pagina =/  http://fuegosdeamor.blogspot.com/

Las Quiero
BYE =D

Virgi.... Espero que te sientas mejor amiga... y cuidate muchooo.. Animo... tratemos de subir los animos... =) las dos....

viernes, 12 de octubre de 2012

"EPÍLOGO"
 
 
 
Seis meses después
 
Tom se detuvo ante la cuna y admiró con arrobada adoración cómo dormía su hijo recién nacido. Era muy pequeño; estaba rojo y tan lleno de arrugas como Manuel, pero no se podía negar que era un buen mozo. Se inclinó y le pasó el dedo por la suave mejilla, preguntándose cómo podía haber creído alguna vez que no quería tener esposa e hijos. De no ser por _______, todavía estaría viviendo una existencia solitaria, llena de amargura y desconfianza. Verse obligado a casarse había sido lo mejor que le había ocurrido nunca.
—¿Ya estás haciendo planes para él? —preguntó ________ al abrir los ojos y verlo admirando a su hijo.
—Ah, ya estás despierta. En lo que respecta a nuestro hijo, creo que me he enamorado por segunda vez en mi vida.
—Yo siento lo mismo.
—¿Qué tal te encuentras? Según el doctor Colberg tuviste un parto muy fácil, de los mejores que había atendido. Añadió que habías nacido para tener hijos.
_________ hizo una mueca.
—No es que haya sido divertido, pero supongo que he tenido suerte. Sobre todo cuando él abrió una consulta en el pueblo después de que el viejo Doc Tucker dejara el pueblo tan de repente.
—Si no se hubiera ido, le habrían echado. Jamás se mantuvo sobrio el tiempo suficiente como para ejercer la medicina.
Tom observó entonces el rostro de ________, tenía ojeras.
—Vuelve a dormir, cariño. Necesitas descansar y recuperar fuerzas.
—Ya dormiré más tarde. Manuel debe estar ansioso por ver al bebé ¿por qué no le llamas y le dices que venga?
—Está justo detrás de la puerta como si fuera un abuelo orgu­lloso. Tan ufano como estará Georg cuando se entere de que ha na­cido nuestro hijo.
________ vio una sombra en la cara de Tom y supo exactamente lo que estaba pensando. Le apretó la mano para consolarle.
—No te preocupes, cariño. Bill recuperará pronto la cordura y regresará al hogar.
—Hace meses que no sabemos nada de él. Podría haber muerto y no nos habríamos enterado.
—Sí que lo sabríamos. ¿No sería maravilloso que tanto Bill como Georg encontraran a unas mujeres dignas de su amor?
—No ocurrirá —aseguró Tom—. Mis dos hermanos son unos solteros empedernidos.
A  __________ le brillaron los ojos con picardía.
—También lo eras tú hasta que me conociste a mí.
Tom esbozó una sonrisa torcida.
—Quizá tengas razón. Ninguno de ellos ha conocido todavía a una mujer tan decidida como tú. Si cualquiera de mis hermanos es lo suficientemente afortunado para encontrar a alguien a quién amar, caerá con todo el equipo igual que hice yo.
—¿Puedo pasar? —Manuel asomó su canosa cabeza por la ren­dija de la puerta; parecía muy ansioso por ver a _______ y al bebé.
—Adelante, Manuel —le invitó Tom.
Manuel entró en la habitación, retorciendo su gastado sombrero entre las manos.
—Parece muy feliz, señorita __________. Un poco cansada, pero eso pasará pronto. —Lanzó una anhelante mirada a la cuna.
—Acércate y échale una ojeada, Manuel —dijo ________—. Creo que se parece a su padre.
—Es un niño hermoso, señorita ______. El señor Fuller habría estado muy orgulloso. ¿Cómo se va a llamar?
—Aún no lo hemos decidido —dijo _______.
—Claro que lo hemos hecho —la corrigió Tom—. Se llamará Robert, como el padre de _________.
Manuel pareció sentirse feliz con aquellas palabras.
—A él le habría gustado mucho. Bueno, será mejor que vuelva a mis tareas.
—Gracias —dijo ________ a Tom en cuanto se quedaron solos.
Tom se inclinó y la besó con suavidad en los labios,
—No, mi amor, gracias ti por Amar a un Extraño.
 
 
 
CHICAS... este es el final de los finales.... el último capitulo de mi nove... les quiero dar las gracias a todas por haber leido mi ficc.. y  a las que dejaban siempre sus comentarios... tengo que decirle que alegraban mi dia.. gracias por estar tan metidas en mi ficc... pero no se preocupen.. porque esta ficc es la primera de muchassssss.... cuando empiece a subir en mi otra ficc les avisare por aqui... para que sepan cual es la pagina...
Quiero agradecerle especialemente a las siguientes personas:
-Sofiii.
-Alexandra
-Virginia
-Jennifer....
Gracias a ustedes porque siempre me dejaban sus comentarios.. se pasaron chicas las quiero... y sobre todo gracias Jenni.. te pasaste por haber avisado en Univision =)
Y no se desesperen que pronto subire otra ficc...
en cualquier caso entrare no se si el sabado o el domingo al Blog... para dejar una lista de ficc.. y ustedes me dicen con cual quieren que siga ya que tengo artas jajajaj xd...
 
Cuidence... Las Quiero...
Y espero con todo mi corazon que les haya gustado el Epílogo...
 
BYE =D


jueves, 11 de octubre de 2012

"CAPITULO 48"   (EL FINAL)


Con la cabeza dando vueltas, ________ se lavó, vistió y bajó las es­caleras para reunirse con Tom. Le encontró sentado en una mesa en la esquina más alejada del comedor.

Él levantó la mirada y, al verla, la recibió con una sonrisa tan sombría como su estado de ánimo. Observó que su mujer llevaba puestos unos pantalones y estaba levantando un buen revuelo en el comedor.

La admiró mientras caminaba hacia él, agradeciendo haber te­nido un momento a solas para controlar sus emociones. Enterarse de que iba a ser padre y darse cuenta a la vez de lo cerca que había estado de perder a su preciosa esposa y a su hijo por nacer, casi le había destruido. Si no hubiera salido de la habitación cuando lo hizo, habría terminado llorando como un bebé, y los hombres no lloran. Por desgracia para él, desde que había conocido a _________ cada vez le resultaba más difícil esconder sus emociones. Había intentado ocultarlas tras la cólera, pero sus sentimientos eran demasiado intensos para que pudiera acallarlos.

—Siéntate, cariño —dijo Tom, separándole la silla—. He pe­dido el almuerzo para los dos.

—Tom, siento que...

—No, no digas nada. Primero vamos a comer. Tenemos mucho tiempo antes de que regrese Kinder para aclarar nuestros pensamientos. Estos días a solas son la luna de miel que nunca tu­vimos.

—Pero si estás furioso conmigo...

Entonces les sirvieron la comida, ofreciendo a Tom la opor­tunidad de posponer un poco más el momento de expresar sus sentimientos. Comieron en silencio. Él estaba muy hambriento y dio buena cuenta de todo. Ella jugueteó con el tenedor, demasiado preocupada para sentir hambre.

—Nos vamos a quedar aquí sentados hasta que te termines lo que hay en el plato —le advirtió Tom—. Tengo intención de ase­gurarme que te cuidas como debes de ahora en adelante. No pienso permitir que te vuelvas a poner en peligro.

__________ permaneció en silencio mientras miraba fijamente la co­mida. Lo que había pedido Tom era delicioso y debería haber te­nido hambre, pero no podía evitar estar preocupada. Ojalá supiera lo que pensaba Tom. Entretanto, él la miraba con calidez, pero sus ojos estaban oscurecidos por alguna emoción interior que ella no conseguía interpretar. Cuando le indicó que no sería capaz de tomar un solo bocado más, la acompañó de regreso a la habita­ción.

Una vez dentro, __________- se volvió contra él.

—De acuerdo, Tom, escúpelo de una vez. Dime lo que sien­tes. Sé que estás enfadado porque no te conté antes lo del bebé, pero lo más importante es que nos queremos y que nuestro hijo está a salvo, ¿tienes pensado perdonarme o no?

Tom se había acomodado en la cama y tiró de ella para sen­tarla sobre su regazo.

—¿Que si te perdono? Todavía no lo has entendido, ¿verdad, cariño? No es cólera lo que siento en este momento, sino terror. Me muero de miedo sólo con imaginarte bajo el poder de Rivas. Estabas sola, embarazada e indefensa; sin nadie a quién recurrir y pensando que yo te había abandonado. ¿Que si te per­dono? No, cariño, yo no tengo nada que perdonarte, eres tú quién debe perdonarme a mí. Fui demasiado orgulloso para seguirte cuando te fuiste, aunque no quería que lo hicieras.

—Pero no debe haberte gustado nada que me casara con Rivas a pesar de saber que estaba embarazada.

—No hay nada que no me guste de ti. Hiciste lo que conside­raste necesario para salvar la vida a Manuel. A pesar de estar sola y embarazada, discurriste con valor e imaginación. Me siento aver­gonzado, no creo ser merecedor de tu amor. Creo que jamás seré digno de él aunque viva cien años. Lo único que puedo hacer es intentar ser el mejor marido y padre de todo este maldito territorio.

—Si no estás enfadado, ¿por qué abandonaste nuestra habita­ción tan bruscamente? —preguntó ___________.

—Soy un hombre, cariño, y se supone que los hombres son fuertes, pero por primera vez en mi vida sentí deseos de... —se aclaró la voz— llorar. No puedo recordar la última vez que lloré, pero si no hubiera salido de la habitación cuando lo hice, me ha­bría sentido humillado de no poder contener las lágrimas.

__________ miró a Tom con incredulidad. ¿Tom llorando? Impo­sible. Entonces esbozó una radiante sonrisa.

—¿Tanto me amas?

—Y mucho más. —Le puso la mano sobre el estómago—. Tener que aprender a ser padre me sobrepasa. Jamás tuve la in­tención de volver a casarme después de mi primer y desastroso matrimonio, así que nunca consideré la idea de la paternidad. De repente, tener un hijo o una hija me parece algo muy excitante. Si antes no hubiéramos caído uno sobre el otro de esa manera tan urgente y furiosa, habría notado lo diferente que está tu cuerpo.

Las manos de Tom vagaron por las exuberantes curvas de __________.

—Espero que cuando lleguemos a casa comiences a usar ves­tidos; no creo que puedas seguir utilizando pantalones demasiado tiempo más, a pesar de lo bien que te quedan ahora.

—A casa... —suspiró ________. Entonces se le pasó por la mente un inquietante pensamiento—. ¿Dónde vamos a vivir? Imagino que Manuel puede manejar el Circle F perfectamente sin mí, pero ya tiene sus años y no le resultará fácil.

—No tendrá que hacerlo —dijo Tom—. Bill volverá algún día y Georg y él pueden ocuparse del rancho los dos solos. He pen­sado que podríamos vivir en el Circle F. Son unas tierras maravi­llosas.

—¿Harías eso por mí?

—Por nosotros. Por nuestro hijo. Y ahora... —dijo, comen­zando a desabrocharle los botones de la camisa— ¿por dónde íba­mos antes de que el hambre nos hiciera acudir al comedor?

—Por aquí —replicó ________, sacándole la camisa de la cinturilla del pantalón.

Comenzaron a besarse despacio mientras se deshacían de la ropa con cierta dificultad, descubriéndose de nuevo el uno al otro y deleitándose en lo que sentían, hasta que una deliciosa agonía atravesó sus venas. Esta vez hicieron el amor de una manera lenta y suave, exquisita y placentera. Cuando _________ gritó al alcanzar el cénit, cerró los ojos y agradeció al destino haber llevado a su puerta a ese desconocido al que amar.

 

La luna de miel de Tom y ________ duró siete gloriosos y satisfacto­rios días. Al séptimo, el marshal Kinder regresó de Rolling Prairie y se acercó a hablar con la radiante pareja en el hotel.

—Adelante, marshal —le invitó Tom cuando abrió la puerta—. Le estábamos esperando.

Kinder echó una ojeada a Tom y a  ________y esbozó una sonrisa. Parecían una pareja de recién casados que había disfrutado a fondo de su luna de miel.

—Espero que hayan estado ocupados.

_________ se sonrojó.

—Podría decirse que sí —respondió Tom con una carca­jada—. ¿Qué noticias tiene de Rolling Prairie?

—Uno de los hombres de Rivas temió acabar como chivo expiatorio y nos informó de todas las actividades ilegales de su jefe. Ya había robado las tierras a más propietarios con malas artes y fue él quien ordenó la muerte de su padre, señora Kaulitz.

_________ se acercó a Tom buscando apoyo y él la rodeó con sus fuertes brazos, ofreciéndole todo su consuelo.

—También ha confesado que es el responsable de haber for­zado dos veces la entrada en su casa para robar documentación —continuó Kinder.

—¿Dónde se encuentra ahora Rivas? —indagó Tom.

—Por desgracia, donde está no podrá ser juzgado por sus crí­menes.

—¿No querrá decir que se ha escapado? —exclamó Tom.

—Lo que quiero decir es que ya se encuentra en el infierno. Tomó la salida más cobarde y se suicidó cuando supo que tendría que rendir cuentas ante la ley. No fue capaz de enfrentarse a la ruina y el descrédito. El periódico local publicó uno por uno todos los crímenes de Rivas. Sus hombres han sido dete­nidos y tendrán la oportunidad de defenderse delante del juez. Algunos colaboraron con él en todas sus sucias maquinaciones, pero otros no estaban al tanto. Trabajaban para él porque necesitaban empleo. Todo se aclarará en los tribunales. Ya pueden regresar ustedes a Rolling Prairie y al Circle F, es totalmente seguro.

—No sé cómo agradecérselo, marshal —dijo ________, aliviada de que todo hubiera acabado finalmente.

—No es necesario que me lo agradezca, señora Kaulitz. Mi trabajo consiste en proteger a los ciudadanos y en que los vigilan­tes no se tomen la justicia por su mano. Ahora, si me disculpan, tengo que hacer un largo informe de lo ocurrido.

—Nos iremos mañana a primera hora, Kinder. _______ y yo le agradecemos todo lo que ha hecho. Será bien recibido en el Circle F cuando quiera visitarnos.

—Lo recordaré —dijo Kinder, llevándose la mano al som­brero—. Y no permita que su mujer vuelva a cabalgar en medio de la noche. Eso no puede ser bueno para el bebé. —Le guiñó el ojo a ________ y salió de la habitación.

Tom miró a _________ y arqueó una ceja inquisitivamente.

—¿También él lo sabe? ¿He sido el último en enterarme?

___________ se encogió de hombros.

—No era mi intención decírselo, pero se me escapó.

—La próxima vez espero ser el primero en saberlo.

—¿La próxima vez? —bromeó ________, recostándose en sus bra­zos—. ¿Y si no hay próxima vez?

Tom le lanzó una sonrisa arrogante.

—Con lo mucho que nos gusta hacer el amor, te aseguro que sí habrá una próxima vez.

________ le acarició el cuello con la nariz, inhalando su intoxicante aroma.

—Imagínate lo bien que lo pasaremos.

—Si no me matas antes —murmuró Tom mientras la alzaba en brazos y la llevaba a la cama.



CHICAS..... aqui esta el último capi.. espero les haya gustado.... pero no esten tristes.. porque mañana voy a subir el Epílogo, asi que si o si mañana seria el final definitivo....
y gracias por todos sus comentarios... =)
Cuidence...

Las Quiero
BYE =D

miércoles, 10 de octubre de 2012

"CAPITULO 47"


Tom despertó tres horas después debido al rugido del hambre en su estómago. __________ todavía dormía, así que se levantó de la cama y se acercó a la jofaina. Tras comprobar que estaba llena, la usó para deshacerse del polvo del camino. Luego, abrió la puerta y recogió las alforjas que había dejado caer antes en el pasillo y las metió en la habitación. Sacó los útiles de afeitar y los usó ante el espejo agrietado.

—Me encanta ver cómo se te mueven los músculos bajo la piel —dijo _______ con voz ronca. Llevaba un buen rato observándole con los párpados entrecerrados.

Tom se dio la vuelta y le brindó una amplia sonrisa.

—Y a mí me encanta la sensación de tu piel contra la mía.

Ella le tendió los brazos y él se acercó, limpiándose los restos de espuma con una toalla antes de apretarla contra su cuerpo.

—¿Me cuentas ahora tu terrible experiencia con Rivas?

________ se movió inquieta.

—¿Es necesario?

—Necesito saberlo para mi tranquilidad de espíritu. Cuénta­melo, cariño. ¿Qué te hizo ese bastardo?

—Me drogó con láudano. No recuerdo demasiado del viaje de Butte a Rolling Prairie. Cuando me desperté estaba en mi cama y lo primero que me vino a la mente fue que Rivas había dicho que ordenó que mataran a mi padre. Entonces le pregunté y no lo negó.

Tom se quedó paralizado.

—¿Es el responsable de la muerte de tu padre? ¿Por qué...?

—Por muchas razones. Las tierras, yo... ¿quién puede imaginar cómo funciona la mente de un hombre como él? Lo cierto es que no podía permitirse el lujo de dejarme escapar, así que me puso un guardia en la puerta. Dijo en el pueblo que estaba muy enferma y sobornó al médico para que corroborara el diagnóstico. Estoy segura de que tenía intención de matarme, igual que mató a mi padre.

—¿Te dijo que iba a matarte?

—Me dijo que no sabía qué haría conmigo.

—Pensaba que a tu padre lo mataron los indios.

—Eso es lo que él quiso que pareciera. Debió de indicar a los asesinos de mi padre que simularan que había sido obra de los in­dios. No olvides lo que le hizo a Manuel. Ese hombre es el demonio.

—El marshal Kinder se encargará de que se haga justicia. Tres de los hombres de Rivas están ya bajo su custodia. Kinder me encontró en el momento más adecuado. Me has vuelto a salvar la vida, cariño. ¿Cómo demonios conseguiste escapar del Circle F y alejarte de Rivas?

________ esbozó una amplia sonrisa.

—En realidad fue muy fácil. En cuanto tuve despejada la ca­beza, comencé a planearlo... —Procedió a explicarle cómo había usado el láudano de Rivas en beneficio propio para librarse de sus hombres.

—¿Usaste láudano? ¿Has drogado a los hombres de Rivas? —Tom se rió y la besó con intensidad—. Pero qué mente más retorcida tienes, eso sólo confirma lo que esperaba de ti. Me parece que voy a tener que prestarte más atención de la que pensaba, eres una mujer muy peligrosa. Ahora en serio, cariño, es­taba tan preocupado de que te ocurriera algo que pensé que me volvería loco. No sé si sería capaz de vivir sin ti.

—Nunca tendrás que preocuparte por perderme. Vamos a en­vejecer juntos.

—¿Me lo prometes?

—Por mi honor. —Se acercó a él y comenzó a acariciarle, le besó suavemente el pecho mientras deslizaba las manos y la boca por todo su cuerpo.          

Cuando cerró los dedos en torno a su virilidad, él respondió al instante y su miembro se endureció todavía más.

—A menos que se trate de una invitación, sería mejor que te detuvieras.

__________ continuó acariciándole con un pícaro brillo en los ojos.

—Me detendré si es lo que tú quieres.

—¡Dios mío, no! Pero esta vez quiero amarte de verdad.

De repente, a Tom le rugió el estómago, recordándole que hacía casi veinticuatro horas que no comía. Así que cogió la mano de _______ y la alejó de su cuerpo.

—¿Estás segura de que no quieres bajar antes a comer algo?

______ consideró la sugerencia.

—Así que mi práctico marido prefiere la comida a hacer el amor conmigo. Bueno, lo cierto es que ir a comer suena muy bien. Y... —añadió, sonriendo misteriosamente—, tengo que decirte algo que espero te complazca.

—Todo lo relativo a ti me complace. Podrías darme esa noticia mientras comemos.

________ le lanzó una mirada exasperada. No podía seguir poster­gando aquello por más tiempo.

—No, quiero decírtelo ahora. —Tomó aire y luego soltó de so­petón—: Vamos a tener un niño.

—Estupendo. Ahora podremos... ¿qué es lo que has dicho? —El corazón le bombeó ruidosamente contra el pecho—. Repí­telo más despacio.

—Vas a ser padre. Estoy embarazada.

Tom seguía paralizado.

—¿Hace mucho tiempo que lo sabes?

—Un poco.

—¿Lo sabías cuando te marchaste de Dry Gulch? ¿Cuándo Rivas te obligó a casarte con él? ¿Cuándo te llevó a Butte? ¿Cuándo te drogó? ¿Cuándo te escapaste y cabalgaste en medio de la noche en busca del marshal?

_______  asintió con la cabeza a todas las preguntas.

—¡Maldito hijo de puta! ¡Mataré a Rivas con mis propias manos! ¿Le ha pasado algo a nuestro hijo? ¿Todo... todo va bien?

_________  se pasó las manos por el vientre.

—Todavía está aquí, Tom.

—¿Cuándo nacerá?

—Dentro de seis meses.

Tom se estremeció y se hundió en la cama, olvidándose mo­mentáneamente de la comida.

—¿Por qué no me lo dijiste? Maldita sea, _________, ¿y si hubiera firmado los documentos del divorcio? ¿Tenías intención de decirle a Rivas que el niño era suyo y que lo criara él?

—No quería ser una imposición en tu vida. Quería que me qui­sieras por mí misma, no porque estuviera embarazada. En lo que respecta a Rivas, jamás fue mi intención casarme con él. Después de que liberara a Manuel pensaba contarle lo del bebé y ofrecerle el rancho a cambio de mi libertad. Y si eso no funcio­naba, ya se me habría ocurrido algo. Hubiera preferido morirme a permitir que me tocara.

Tom se puso de pie, la cogió por los hombros y la apretó con­tra su cuerpo.

—Casi te pierdo. Es más, podría no haberme enterado nunca de que estabas embarazada.

—Estás enfadado.

—Tengo todo el derecho del mundo a estarlo.

Ella pasó la mano por los rasgos recién afeitados con los ojos llenos de lágrimas.

—Todo ha salido bien, cariño. Yo estoy bien, el bebé crece sano y tú estás vivo.

—¡Maldita sea! —susurró Tom. No era su intención maldecir pero se acababa de dar cuenta de repente de lo cerca que había estado de perder a ________ y a su hijo. Podría haber firmado los do­cumentos del divorcio, Rivas podría haber hecho daño a __________...

—Lo siento, Tom, debería habértelo dicho, pero no quería provocarte más angustia de la que ya te había causado. Te estropeé la vida una vez y quería dejarte en paz. Mis problemas ya no eran asunto tuyo.

Tom apretó los dientes. Tenía que pensar, tenía que enfren­tarse a lo que podía haber sido una pérdida desastrosa.

—Necesito estar solo. Reúnete conmigo en el comedor dentro de media hora.

Tom tenía que salir de allí antes de que acabara llorando como un tonto. Por supuesto que estaba enfadado por no haber sabido antes lo del embarazo de ______, pero aquello era mucho más que un simple enfado. Se sentía profundamente humillado por el sa­crificio que ella había hecho. ________ había arriesgado su vida para salvarle a pesar de su delicado estado, tras sufrir lo indecible a manos de Rivas. Nadie podía pedir mayor prueba de amor. Se prometió a si mismo que jamás le daría motivos para que dejara de amarle.

Atontada y muy alterada, ________ observó cómo Tom se vestía y salía de la habitación. ¿Lo habría estropeado todo al no decirle antes que estaba embarazada? Tom parecía muy enfadado, cierto, pero había reconocido en sus pupilas una emoción mucho más profunda. Daba la sensación de que se guardaba algo en su interior, algo muy inquietante. Podría haber jurado que había visto humedad en sus ojos y no era capaz de imaginar qué la había pro­ducido.



CHICAS.... aqui esta el penúltimo capitulo... ohhh que trizteza... mañana acaba la ficc... y el viernes le subo el Epílogo... queda poquito... espero que les guste este capi..
Y sorry por subir el capi un poco mas tarde... pero mi jefa esta en la oficina y no me deja entrar a internet... asi que sorryy... y si no he pasado por las otras noves... es porque no tengo tiempo....
Sobre todo a la de Virgi.. y a la de Lora.... que me encantan *.*
Cuando me haga un tiempo pasare a ver sus ficc.-.. ya que estoy ansiosa por ver en que estan....
Cuidence...

Las Quiero
BYE =D

martes, 9 de octubre de 2012

"CAPITULO 46"


—________ —susurró Tom suavemente al otro lado de la puerta—. Déjame entrar, cariño.

Al oír la voz de su marido, a _______ le dio vueltas la cabeza y, chillando de alegría, se precipitó hacia la puerta. Tenía las manos tan temblorosas que no fue capaz de girar la llave hasta el segundo intento. Entonces, abrió la puerta y se arrojó en sus brazos.

Él dejó caer las alforjas y la atrapó al vuelo, apretándola contra sí con todas sus fuerzas. La escuchó susurrar su nombre repetidas veces y sintió cómo le besaba en la boca, en las mejillas, en la nariz, en la piel desnuda que asomaba por el cuello abierto de la ca­misa... La alzó en brazos y entró en la habitación, cerrando la puerta con el pie.

—Cariño, estoy bien —se rió Tom mientras ella continuaba tocándole—. El marshal me ha contado lo que hiciste. Siempre supe que eras ingeniosa e inteligente, además de hermosa, pero no había imaginado cuánto. Sin embargo no tuve paciencia para esperar a que me contara cómo te deshiciste de Rivas, quería regresar contigo lo más rápidamente posible.

—Tenía tanto miedo por ti —suspiró _______ contra su cuello.

—No más del que yo tenía por ti. Esos cuatro días en prisión fueron una auténtica tortura. Mi mente no dejaba de imaginar todos los horrores que Rivas te podría estar haciendo pasar.

_________ le puso un dedo en los labios.

—No digas nada más, sólo bésame. Santo Dios, te necesito. Pensé que jamás volvería a verte.

La joven comenzó a forcejear con su ropa, sacándole la camisa de la cinturilla del pantalón y tirando de los botones.

—_________... Dios mío, cariño, yo también te deseo pero no de­bería tocarte en este estado; llevo un montón de días a caballo.

Sus palabras apenas tuvieron efecto en ella. Por fin había lo­grado desabotonarle la camisa y se la bajaba, junto con el chaleco, por los brazos. Gimió de impaciencia mientras se centraba en la cinturilla de los pantalones.

La necesidad de _________ excitó a Tom, haciendo que le hir­viera la sangre en las venas. De repente, su deseo fue tan intenso como el de ella y comenzó a su vez a arrancarle la ropa. Aún estaban medio vestidos cuando se acercaron tambaleándose a la cama y se dejaron caer sobre ella en un enredo de brazos y piernas.

—Levanta las caderas —jadeó Tom, con intención bajarle los pantalones. Envuelto en una fiebre de impaciencia, le quitó las botas y luego se deshizo del resto en el mismo movimiento.

Cuando __________ tuvo las piernas libres, le rodeó la cintura con ellas, obligándole a tenderse encima.

—________, deja que me quite los pantalones.

—Más tarde. Por favor, Tom.

Tom tiró de la cinturilla y los botones volaron en todas las di­recciones, liberando su hinchado miembro. _______ notó al mo­mento la punta de la dura erección en la húmeda entrada de su sexo y gimió con urgencia contra la boca de su esposo. Entonces, le asió de las caderas, atrayéndole contra sí mientras se arqueaba en flagrante invitación.

—¿Estás segura de que estás preparada, cariño? —susurró él. Tom estaba más que listo, se sentía caliente, duro, hinchado y a punto de explotar.

Metió la mano entre sus cuerpos, buscando los suaves pliegues. La húmeda calidez de _______ inundó sus firmes dedos. Estaba mo­jada y ansiosa, y él jadeó entrecortadamente antes de flexionar las caderas y entrar en casa, penetrándola hasta el fondo. La joven gimió y se puso tensa, como si le costara albergarle.

Él se quedó paralizado.

—¿Te he hecho daño? ¿Estás bien?

—Más que bien. No te detengas, cariño, no te detengas.

—Como si pudiera... —gimió Tom. La sintió palpitar en torno a él, y tuvo que apretar los dientes para no alcanzar el or­gasmo de inmediato—. Eres tan estrecha, cariño. Me envuelves en tu calor y casi me matas de placer. El paraíso no puede ser mejor.

Tom comenzó a mover las caderas una y otra vez, llevando a ________ cada vez más alto mientras ella sacudía la cabeza de un lado para otro y se contorsionaba debajo de él. Ese era su hombre, suyo para amarle para siempre jamás.

—Necesito besarte, cariño —dijo Tom y, mientras le enre­daba los dedos en el pelo y le ahuecaba la cabeza entre las manos, le rozó los labios con la lengua antes de penetrar entre los dientes para paladear los dulces rincones de su boca.

_______ sintió el peso de su marido, la forma y la dureza de su miembro en el interior de su cuerpo y notó que comenzaba a pal­pitar ese lugar donde estaban unidos. Una oleada de sensaciones cada vez mayor la inundó, creando una violenta tormenta que la envolvió por completo.

Tom la notó llegar al clímax, sintió que se ceñía en torno a su miembro y apretó los dientes al experimentar aquellas intensas pulsaciones alrededor de su sexo. Interrumpió el beso y abandonó su boca para cerrar los labios sobre la endurecida cima de un pecho, chupándole el pezón mientras ella alcanzaba el éxtasis. Se obligó a esperar a que ella se hubiera apaciguado por completo antes de dejarse llevar. Su miembro estaba hinchado y dolorido mientras empujaba y se retiraba sin cesar, arqueando las caderas, hasta que por fin se abandonó sin control y alcanzó un éxtasis in­descriptible.

—No debería de haber sido así —dijo Tom después de rodar a un lado y controlar la respiración—. Debería haber sido lento y suave. Quería excitarte poco a poco, hacerte ansiar el placer hasta que me suplicaras que te poseyera. Maldición, ni siquiera me has dado tiempo de quitarme la ropa. —Sonrió de oreja a oreja al re­cordar el ansia de ___________. Esperaba que no cambiara nunca.

—Deja de sonreír de esa manera —dijo ella, acurrucándose contra la curva de su cuerpo—. Te necesitaba, Tom. Quería que fuera rápido y salvaje. No siempre será así, pero al ver que estabas sano y salvo... No sé qué me pasó, pero tenía que hacer el amor contigo de esa manera para convencerme de que era verdad.

—Santo Dios, estoy exhausto —dijo Tom—. Quiero volver a disfrutar de ti otra vez, pero antes debemos descansar.

Como _______ no le respondió, él bajó la mirada y vio que ya se había quedado dormida. Subió la sábana hasta que ambos estu­vieron cubiertos y cerró también los ojos. Se durmió al instante.


CHICAS... aqui tienen un nuevo capi... espero les guste.. porque a mi me encanto.. ya que se reencontraron,  jijiji...y  que pena Virgi que tu nove tambien este terminando... me encanta... aunque no e tenido tiempo de pasar... estos dias.. tratare de pasar hoy =).....

Yo creo que la ficc la voy a terminar el viernes.. con un Epílogo,.. y espero es guste...
Cuidence..

Las Quiero
BYE =D


Jenni: por mi no hay problema de que en univision des mi blog... si no fuera mucha molestia te pediria por favor les expliques que no he podido subir por tema de mi trabajo.. ya que me tienen  la pagina cerrada (Bloqueada)... y que me perdonen.. pero mi intencion nunca fue dejarlas botadas... y que si quieren se pueden pasar por mi Blog... y dile a la ISA que me perdone... con todo mi corazon quise seguir la nove alli pero no se me dio el tiempo.. plisss Jenni dile eso de mi parte ... Gracias...
Te quiero Bye =D