lunes, 24 de septiembre de 2012

"CAPITULO 36"

No había tiempo suficiente ni trabajo demasiado duro como para que Tom lograra olvidar a ________. Recordaba cada tentador centí­metro de su cuerpo, la suavidad de su piel, el dulce sabor de sus labios, la perfección de su cuerpo, la firmeza de sus pechos... Le había enseñado a hacer el amor y ella había sido una alumna apli­cada que se había convertido en un fuego incontrolado en sus bra­zos, marcándole con su pasión. Desde luego, no podía negar que la parte física de su breve matrimonio había sido auténtica, intensa y satisfactoria.

A pesar de todas esas cosas maravillosas de ________, Tom estaba convencido de que ella estaría mejor sin él. El miedo cerval que sentía ante la intimidad haría que fuera un marido terrible y _______ se merecía a alguien mejor que él.

Georg le sacó de su ensueño.

—¿Qué haces, Tom? Esas reses no van a marcarse solas.

—No te pases —le dijo Tom, dirigiéndose hacia el caballo con zancadas largas y airadas, que se correspondían a la perfección con su estado de ánimo.

Se detuvo con un pie en el estribo al fijarse en que uno de los vaqueros cabalgaba hacia él llevando de las riendas a una montura sin jinete. A medida que se acercó más comprobó que había un hombre sobre la silla de montar y le bajó un escalofrío por la es­palda.

—Parece que Red se ha topado con alguien, Tom —dijo Georg, azuzando a su caballo para salir al encuentro del vaquero. Él montó con rapidez y le siguió.

Desde tan lejos no se podía distinguir si el hombre de la silla estaba vivo o muerto. Tenía la pierna derecha empapada de sangre y un pañuelo en torno al muslo.

—¿Qué le ha sucedido? —preguntó Tom cuando llegaron junto a Red.

—No lo sé, jefe. —Red indicó con la cabeza al hombre he­rido—. Le encontré en uno de los pastos de la zona sur. Estaba tirado en el suelo y su caballo pacía al lado. Tuve que amarrarlo a la silla para traerle.

—Entonces, ¿todavía está vivo? —preguntó Georg.

—Sí, pero parece que ha perdido mucha sangre. Tiene una he­rida de bala.

—Bueno, Red, ya nos ocupamos nosotros. Regresa a tu tarea —dijo Tom, tomando las riendas de la mano del vaquero—. Georg, ve a buscar al médico. No sé si este pobre desgraciado se salvará.

No reconoció al herido hasta que llegó a la casa y le bajó de la silla: era Manuel. Contuvo el aliento al imaginar las desesperadas cir­cunstancias en que se encontraba __________ para que el anciano hu­biera aparecido en su puerta en aquel estado.

Los peores miedos de Tom se hicieron realidad cuando Manuel recobró brevemente la consciencia y le reconoció.

—Gracias a Dios —dijo jadeante, como si el esfuerzo de hablar fuera demasiado para él.

—¿Qué ha ocurrido, Manuel? ¿Quién te disparó? ¿Ha ocurrido algo en el        Circle F?

Llevó unos agonizantes instantes que Manuel reuniera fuerzas para responder.

—_______ te necesita. Rivas... —Las palabras le fallaron y volvió a perder el conocimiento.

—Manuel, ¿qué le ha sucedido a _________? ¿Qué ha pasado? ¿Te ha enviado ella? ¿Qué pasa con Rivas?

Para desazón de Tom, Manuel se desmayó dejándole con un mi­llón de preguntas sin respuesta y más miedo del que jamás había sentido.


manuel tardo bastante en recobrar el conocimiento. El médico que se ocupó de la herida les dijo que el estado del anciano era muy grave; la infección había hecho mella en su cuerpo y se movía agitadamente en el lecho presa de la fiebre. Tom poco podía enten­der de las descabelladas alucinaciones del anciano, salvo el nombre de _______, que repetía una y otra vez.

Tom no había pasado más miedo en su vida. No sabía qué había sucedido en el Circle F y Manuel no estaba en condiciones de contárselo. ¿Qué sería aquello tan terrible que había llevado hasta allí, herido y al borde de la muerte, a aquel entrañable an­ciano?

Tom no acertaba a imaginar qué se le habría ocurrido a Rivas en esa ocasión. ___________ poseía una confesión firmada que podría arruinar al banquero y éste no se atrevería a hacer nada que destrozara su reputación. Tom jamás habría permanecido en Dry Gulch si pensara que ella corría peligro. Sin embargo, si la joven estuviera a salvo, Manuel no estaría allí, debatiéndose entre la vida y la muerte.

—¿Ha dicho algo? —preguntó Georg entrando en la habitación.

—Todavía sigue inconsciente —respondió Tom—. Tiene una fiebre muy alta, espero que consigamos bajársela.

—Sólo una cosa le traería hasta aquí, Tom. __________ tiene graves problemas.

—Ya no puedo esperar más. Me dirigiré al Circle F y me ente­raré por mí mismo. Cuando los vigilantes me sacaron de allí, todo iba viento en popa. Santo Dios, no saber qué ocurre está a punto de volverme loco.

—¿No crees que ha llegado el momento de que admitas que amas a _________? Te he observado estas últimas semanas y no eres tú mismo, hermano. La echas de menos y lo sabes, ¿por qué luchas contra ello?

—Lo sabes tan bien como yo.

—Entonces ¿por qué demonios...?

Justo en ese momento Manuel gimió y dijo algo, interrumpiendo la pregunta de Georg. Tom se inclinó sobre el anciano, y sintió un rayo de esperanza cuando éste abrió los ojos y pareció reconocerle.

—Manuel, soy Tom. ¿Puedes contarme qué ha sucedido?

El anciano se humedeció los labios con la lengua y trató de en­focar la mirada.

—¿Tom? ¿Eres tú de verdad? —pronunció con la voz débil y ronca—. ¿Lo he conseguido?

—Te encontró uno de mis vaqueros no muy lejos de aquí. No voy a engañarte, Manuel, estás bastante mal. Al parecer la herida ha estado demasiado tiempo sin tratar. ¿Quién te disparó? ¿Por qué no intentaste encontrar a alguien que te curara?

—No tenía tiempo —dijo Manuel entre jadeos—. Rivas...
—¿Qué pasa con Rivas? ¿Te ha disparado él?
—Fue uno de sus hombres.
—¿Por qué?

—Porque me retenían en una cabaña en una vieja mina. La se­ñorita ________ se negó a casarse con él y amenazar mi vida fue la única manera que se le ocurrió para obligarla a ceder. Me dispara­ron mientras escapaba. Lo único que pensé fue que tenía que llegar hasta aquí.

Tom se quedó pasmado y le miró boquiabierto.

—¿¡Qué!? ¿Cómo es posible que pueda forzar a _________ a hacer algo cuando ella posee la confesión que le obligamos a escribir? Podría arruinarle cuando quisiera.

—Nos robaron la confesión —masculló Manuel—. Cuando la señorita ________ te siguió, dejó el rancho sin protección. Y, por si eso no fuera suficiente, nos quitaron también el dinero de la venta del ganado cuando regresábamos al Circle F. La señorita __________ ne­cesitaba efectivo para pagar los impuestos y Rivas le prestó el dinero a cambio de que se casara con él.

El anciano comenzó a toser y Tom le ofreció un poco de agua que el viejo vaquero bebió codiciosamente, aunque no le dio nue­vas fuerzas, pues se recostó y cerró los ojos.

—¿Qué vas a hacer, Tom? —preguntó Georg.

Aunque la explicación de Manuel tenía muchas lagunas, había captado el inquietante mensaje y la urgencia en sus palabras.

—_________ no puede casarse con Rivas —dijo Tom, en un fiero susurro.

—Eso lo sabemos muy bien tú y yo, pero parece que ellos no lo saben —dijo Georg—. ¿Le comunicaste a tu esposa en algún momento que no te habías... ?

—No. Y sé lo que me vas a decir: que soy un estúpido cabezota que no puede olvidar el pasado para forjar un futuro con _________. No me sermonees, Georg, no tengo ganas de oírte.

—¿Qué vas a hacer al respecto? ¿Vas a permitir que Rivas obligue a ________ a casarse con él?

—Me voy al Circle F
—Iré contigo.

—No. Alguien tiene que ocuparse del rancho y cuidar de Manuel. Todavía no está fuera de peligro. Me basto y me sobro para en­cargarme de ese bastardo.

—¡Buena suerte! —gritó Georg cuando Tom abandonó la ha­bitación con urgencia.

Treinta minutos más tarde, Tom había guardado municiones y víveres suficientes en las alforjas, se había abrochado la pistolera y estaba preparado para marchar.

—Dile a Manuel que no se preocupe por nada más que por re­cuperarse —le dijo a Georg antes de partir—. Yo arreglaré los pro­blemas de _______.

Georg observó cómo Tom se alejaba a caballo, y rezó para que su hermano no se encontrara con más de lo que podía manejar. Rivas parecía un bastardo malvado y tramposo, capaz de hacer cualquier cosa para obtener lo que quería.


CHICAS... aqui esta el capi.. espero les guste... todavia no se si tenga tiempo mañana de subirles pero tratare..... ya que tengo mucho trabajo ¬¬...

Cuidence
Las Quiero

BYE =D


2 comentarios:

  1. Noo Tamitha como me dejas asi de intrigada >.< Tom supongo q tu no firmaste el divorcio no? Tiene q hacer asii.. !! Ya kiero q Tom llegue al circle F. Subeee has lo posible.. Amo tu fic..
    ;-) bye esta muy emocionantee!!

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  2. *-* muy bueno, yo tambien pienso igual que jenifer que tom no firmo el divorcio... no puede ser tan pendejo.. ¬¬ con disculpa de la ´palabra bueno cuidate que estes bien chau y siguela xD

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