jueves, 20 de septiembre de 2012

"CAPITULO 34"
—Sólo eso. Ya ha estado con un hombre, así que no puede tener miedo al matrimonio. —Deslizó la mirada sobre ella de una manera insultante—. Es probable que ahora necesite lo que yo le puedo dar, y no hablo sólo de dinero. Una vez que se ha gozado de la pasión, puede costar mucho renunciar a ella.
—¿Qué me está sugiriendo? —preguntó ________ sin inflexión en la voz.
—Lo que sugiero es que continuemos donde estábamos antes de que Kaulitz interfiriera en nuestras vidas. Fije la fecha de nuestra boda y mi banco le prestará todo el dinero que necesite.
________ lo miró con incredulidad. ¡Qué hombre más asqueroso!
—Puedo pedir el préstamo en otro pueblo. El suyo no es el único banco de Montana.
—Puede ir todo lo lejos que quiera. Los banqueros nos apoyamos unos a otros y lo único que tengo que hacer es enviar un escrito indicándoles el riesgo que corren prestándole el dinero. Me necesita, __________. No seré un mal marido si es eso lo que le preocupa. Sabe que siempre la he querido.
_______ emitió un bufido.
—Lo que quiere son mis tierras.
—Eso, también —admitió él—. Se ha quedado sin tiempo. Aquellas reses perdidas que Kaulitz reunió para vender al ejército eran su última esperanza para conservar el rancho. Es evidente que a él no le importa lo que pueda ocurrirle, o no la habría dejado marchar con tanta facilidad. Su matrimonio ha terminado, ¿verdad?
—Sí, maldita sea —escupió ella, aunque casi la mató reconocerlo.
—Entonces fije una fecha, ________. Siempre la he deseado. Tengo dinero de sobra. Con él podrá volver a contratar a los vaqueros, salvar su hogar, comprar vacas para criar más ganado... Podrá hacer lo que desee. No soy un mal partido. Hay hombres mucho peores que yo.
A _______ le daba vueltas la cabeza. ¿Cómo iba a casarse con Rivas si podía estar embarazada de Tom? No sabía qué hacer; pedirle dinero a Tom estaba fuera de consideración —ya había alterado demasiado su vida y no iba a recurrir a él otra vez ahora que volvía a estar desesperada—, así que esta vez se las arreglaría sola.
—Bueno, _______, ¿qué me dice?
Tal vez, si se mostrara de acuerdo, obtuviera algo de tiempo para pensar en la mejor manera de mantener alejado a Rivas de manera indefinida. Necesitaba ese préstamo y no se le ocurría ninguna manera de conseguirlo.
—De acuerdo —convino _______—. Déme el préstamo que necesito y fijaré una fecha para la boda.
—¡Trato hecho! —dijo Rivas, saltando de la silla—. No lo lamentará, querida. ¿Cuánto necesita?
—Dos mil dólares —dijo _________ sin pausa—. Y los necesito hoy.
—Nos casaremos en dos semanas a partir del sábado. Yo me ocuparé de todo.
—¡No! Es demasiado pronto. Necesito un mes por lo menos.
Él le lanzó una mirada lasciva.
—No sé si podré esperar tanto.
—Un mes o no hay trato —insistió ________. Sin duda alguna se le ocurriría algo antes. Mentir era fácil cuando tenías enfrente a Mario Rivas, el rey de los embusteros.
El banquero entrecerró los ojos.
—Un mes. Me ocuparé de todos los trámites. Mañana iré al rancho para tratar todos los detalles con usted. Le daré hoy el di¬nero pero, se lo advierto, no intente engañarme. Yo siempre gano. Y una cosa más... llámame Mario. «Señor Rivas» es una manera demasiado formal de tratar a tu futuro esposo.
________ se mordió el carrillo para contener las palabras que le venían a la lengua.
—Muy bien, Mario. Pero no es necesario que vengas mañana al rancho.
Los ojos de él brillaron amenazadoramente.
—Oh, sí que lo es, ________, querida. Es muy necesario.
—¿¡Qué!? —gritó Manuel, consternado—, ¿Se ha vuelto loca, seño¬rita _______? No puede casarse con Mario Rivas.
—Te he dicho que he aceptado casarme con él, no que lo haría —le aclaró _________—. Sólo he firmado los documentos necesarios para que me preste el dinero y liquide los impuestos antes de salir del pueblo. Una preocupación menos.
—Pues debería preocuparse por Rivas —advirtió Manuel—. Además, ¿no me había dicho que él no podría hacerle nada mientras tuviera en su poder esa confesión firmada?
—Ya no la tengo, Manuel —aclaró ________—. Dejé la confesión en el cajón del escritorio y me olvidé de ella. No contaba con tener que abandonar el rancho tan de repente y estaba demasiado preocupada por Tom para pensar con claridad. Habría escondido la confesión en un lugar más seguro si no me hubiera marchado tan apresuradamente. Es culpa mía, no tengo perdón por no haber guardado mejor un documento tan valioso.
—¿Se lo robaron?
—En efecto. La casa quedó vacía. Rivas debió de actuar en cuanto supo que yo había abandonado el rancho; antes de que regresaras del fuerte con los vaqueros.
—Razón de más para que no se case con un hombre como él. Intentó comprar las tierras mucho antes de que mataran a su padre e incluso quiso convencerle para que le dejara casarse con usted. Pero el señor Fuller era un hombre muy listo; sabía que Rivas no era trigo limpio y le mandó a freír espárragos.
—Ya te lo he dicho, Manuel, no es mi intención casarme con Rivas. Tengo un mes para encontrar una solución.
—Qué Dios nos ayude si no lo hace —dijo Manuel, levantando las manos en un gesto de desesperación.
La sospecha de que estaba embarazada se convirtió en certeza a la mañana siguiente, cuando se levantó de la cama con náuseas. Todavía estaba pálida y mareada cuando bajó las escaleras para desayunar.
Manuel la miró y negó con la cabeza.
—No ha dormido bien, ¿verdad? Tiene un aspecto horrible.
—Estoy bien, Manuel, no te preocupes.
—Necesita ayuda en los quehaceres domésticos. Pero después de que robaran el dinero de la venta del ganado, los hermanos Consuelo ya no fueron a buscar a su hermana. Le habría sido de gran ayuda en la casa.
—Da igual, no hubiera podido pagarle. —__________ suspiró con desaliento y cogió las manos de Manuel—. No sé lo que haría sin ti, Manuel. Jamás me había sentido tan sola. —Yo siempre estaré aquí, querida. Lo superaremos, ya lo verá.
Manuel sintió la tentación de ir a buscar a Tom. Sabía que a ________ no le gustaría, pero no veía otra solución. La joven pensaba que podría manejar a Rivas, pero era como un bebé en sus malvadas manos. Que ella se enfadara con él era mejor que permitir que arruinara su vida. Decidió esperar a ver cómo se desarrollaban los acontecimientos y, si las cosas no marchaban como debían, definitivamente haría algo al respecto.
Sonriendo con aire satisfecho, Mario Rivas se acercó al Circle F. Miró a su alrededor y, mientras admiraba la exuberante vista de las montañas con las cimas nevadas, pensó que todo aquello pronto sería suyo. Ya habían pasado dos semanas del mes que le había concedido a ________. Otros quince días más y poseería cada acre de aquellas tierras que llevaba tantos años codiciando, y también a _______. En esa ocasión Tom Kaulitz no podría detenerle. Iba a hacer realidad su sueño de poseer el rancho más grande de Montana. Le había echado el ojo al Circle F incluso antes de abrir el banco, pues eran las mejores tierras de la zona. Según atravesaba a caballo el portón de entrada, iba imaginando al ganado con su marca grabada engordando en aquellos pastos.
_________ había permanecido encerrada en casa durante todo el día ocupándose de las tareas domésticas, y estaba colgando la ropa cuando lo vio acercarse a caballo. —No tendrás que hacer nada de esto cuando estemos casados. Lo harán los sirvientes. Y también tendrás muchos vaqueros para trabajar estas tierras tan fértiles —dijo Rivas mientras se apeaba.
—Todavía no estamos casados —masculló ________—. Qué le trae por aquí, señor... er... Mario.
—Tú, por supuesto. ¿Entramos? Hace mucho viento hoy. Cogerás una pulmonía si permaneces aquí fuera ocupándote de la ropa mojada.
_________ encogió los hombros.
—Alguien tiene que hacerlo.
—Enviaré a mi lavandera para que haga la colada una vez por semana.
—No es necesario...
—Por supuesto que lo es. Vas a ser mi mujer —le dijo con aire pomposo. La tomó del brazo y la apartó de allí—. Entremos. El viaje hasta aquí me ha dejado la garganta seca y seguro que tu padre tenía guardada una botella de whisky por algún sitio. ________ se zafó de él y caminó delante. Entraron y le hizo pasar a la sala.
—Voy a buscar un poco de whisky. Rivas la observó salir, admirando el balanceo de sus bien proporcionadas caderas bajo los pantalones.
«No volverá a ponérselos una vez que estemos casados», pensó. No, señor; él sería el único que disfrutara de los encantos de su futura esposa. Le irritaba pensar que Kaulitz se había acostado antes con ella, pero no mintió cuando dijo que no le gustaba acos¬tarse con vírgenes. ________ era ahora una mujer y él tenía intención de gozar por completo de su madura sexualidad.
—Espero que éste sea de tu agrado —dijo _______, entrando en la sala con una botella y un vaso—. Es todo lo que hay. Mi padre no era un hombre al que gustase beber.
—Servirá. Siéntate y compártelo conmigo.
—No... no bebo. —Vertió la bebida y dejó el vaso y la botella ante él.
—Da igual. —De repente, Rivas alargó la mano y la sentó en su regazo. ________ intentó liberarse, pero era demasiado fuerte y determinado—. Estarás mejor aquí.
—Por favor, suéltame. Él se rió.
—A un hombre deberían permitírsele algunos privilegios con su novia. ¿Por qué estás tan nerviosa, querida? No soy mal parecido y ya te he dicho que no te echaré en cara tu desastroso matrimonio. Acepta lo inevitable. En cuanto estemos casados, haré mucho más que esto. De hecho —añadió con los ojos brillantes de lujuria—, no creo que pueda esperar a estar casados.
Le pasó las manos por los hombros y los brazos, y luego por el torso, peligrosamente cerca de los pechos.
—Eres muy hermosa, __________. Jamás me había fijado en que tus pechos eran tan grandes y redondos. No deberías ocultarlos bajo esas camisas tan amplias. —Se los ahuecó con las manos, sopesándolos en las palmas.
—¡Detente! —gritó ________, frenética. ¿Qué haría si intentaba acostarse con ella? ¿Sería lo suficientemente fuerte para detenerle? ¿Dónde estaba Manuel cuando más lo necesitaba?
La expresión de Rivas se endureció en una fea máscara.
—No me rechaces, querida. He esperado demasiado tiempo para poseerte.
—Pues tendrás que hacerlo un poco más. Hasta estar casados —le aduló _________—. ¿Tanto te cuesta esperar dos semanas? Si me tomaras ahora me sentiría forzada.
—Hagámoslo una vez como gesto de buena fe. Luego conten¬dré mi pasión hasta después de que nos casemos.
—¡No! Yo...
La boca de Rivas, dura y voraz, cayó sobre la de ella. ________ protestó, pero sus palabras sólo sirvieron para enardecer el ardor del hombre. ¡Acabaría por vomitar!, lo sabía. Notó que las náuseas eran cada vez más intensas, un minuto más y...
—Señorita _______, ¿dónde se ha metido?
Rivas levantó la cabeza, apartando los labios, pero manteniendo las manos posesivamente en su cintura.
—¿Quién es?
—Es Manuel. —Saltó del regazo del banquero y él la dejó ir—. ¡Estoy en la sala, Manuel!
—¡Maldita sea! ¿Por qué le has indicado dónde estamos?
—Iba a entrar en la casa y nos encontraría de todas maneras.
—Ese viejo bastardo tiene que irse de aquí. No necesitas un guardián. Lo quiero fuera de aquí antes de la boda, ¿ha quedado claro?
—Por fin la encuentro, señorita _______ —dijo Manuel entrando en la sala. Entrecerró los ojos cuando observó la cara ruborizada de la chica y la tensión contenida de Rivas. Lanzó al hombre una mirada llena de odio—. ¿Se encuentra bien, señorita? Este individuo no habrá intentado propasarse, ¿verdad?
—¿Por qué no metes las narices en tus propios asuntos, viejo? —replicó Rivas—. Ve a ocuparte de tus tareas. No te necesitamos aquí.
—¿Quiere que me vaya, señorita ________?
—Espérame fuera. Ahora voy. Mario ya se marchaba.
Manuel abandonó la sala.
—No voy a ningún sitio y lo sabes —dijo Rivas, mirán¬dola fijamente—. Excepto quizá a tu cama.
—No hasta que estemos casados —insistió __________.
—No estarás intentando engañarme, ¿verdad, _________? Después de que nos casemos compartiremos cama. Estoy dispuesto a tratarte bien, pero mi paciencia tiene un límite. Yo también tengo un lado peligroso.
—Que ya conozco —masculló _________, que sentía como si el tiempo se le escurriera entre los dedos.
Rivas se limitó a sonreír.
—Ya lo he arreglado todo. El predicador nos casará en la iglesia dentro de dos semanas: el sábado a las dos de la tarde. Que no se te ocurra llegar tarde. Volveré por aquí dentro de un par de días. Quizá te muestres más receptiva en mi próxima visita. Ah, y deshazte de ese vagabundo antes de que tenga que ocuparme yo. Un frustrado Rivas se dirigió con paso airado hacia la puerta. Si aquel viejo no hubiera interferido se habría llevado a ________ a la cama, quisiera ella o no.
Todavía tenía el ceño fruncido cuando Manuel se cruzó en su camino.
—Sal de mi vista, viejo. ¿Acaso me estabas esperando?
—No me iré a ningún lado hasta que no le haya dicho cuatro cosas, Rivas. No me da miedo.
—Pues deberías tenérmelo —respondió, frunciendo los labios—. Dime lo que quieras, para lo que va a valer.
—Quiero que deje en paz a la señorita __________. Ya le ha causado demasiados problemas.
—Voy a casarme con ella. No eres su padre y no tienes nada que decir al respecto. Llevo mucho tiempo esperando.
—No pienso dejar que ocurra. No lo permitiré.
Rivas soltó una carcajada.
—¿Tú y quién más va a detenerme? Podría acabar contigo incluso a puñetazos.
—Yo que usted no lo intentaría —rebatió Manuel.
—Apártate, viejo —dijo Rivas, dándole un empujón—. Te quiero fuera de estas tierras antes de la boda.
—No me asusto con facilidad —dijo el anciano mientras el banquero se subía al caballo.
Rivas despotricó para sí mismo durante el regreso al pueblo. No iba a permitir que un viejo con un pie en la tumba le dictara lo que debía hacer. Manuel era demasiado protector con __________ y a ella le importaba demasiado ese viejo. Tenía que hacer algo antes de que el hombre lo echara todo a perder. La joven estaba a punto de ser suya y no pensaba permitir que nada le arruinara los planes.
CHICAS.. volvi... y como lo prometido es deuda aqui les subo otro capi =D Espero que les guste.... y si puedo en la noche les subo, ya que hoy en la tarde voy a tener que salir con mi mamá.. y tenia pensado subirles otro capi.. pero no se si pueda... pero igual voy a intentarlo en la noche....
Cuidence
Las Quiero..
BYE =D

2 comentarios:

  1. O.o casarse con Rivas!! Hayy noo eso si q noo.. Manuel tiene q buscar a Tom..
    Que emocion ya volviste ahora habra capitulos... Sii sube la fic esta hermosa.. Kiero saber si esta embarazada.. Siguelaa. Bye ;-)

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