viernes, 21 de septiembre de 2012

"CAPITULO 35"
Al llegar al pueblo, dio orden de que buscaran a Pete Crowley. Éste entró en el despacho del banquero poco después.
—¿Quería verme, jefe?
—Tengo un trabajito para ti, Pete. Quiero que te lleves a ese viejo a un lugar seguro durante un par de semanas.
—¿Quién es «ese viejo» y adónde quiere que lo lleve?
—El hombre al que me refiero es Manuel, del Circle F. Al este del pueblo hay una vieja mina abandonada con una pequeña cabaña en la que podrías retenerlo. Nadie va por allí. Enciérralo con suministros suficientes para que no se muera de hambre.
—¿Por qué no matarle directamente? Es un viejo al que nadie echaría de menos...
—Nadie salvo mi futura esposa. Tiene que seguir vivo hasta después de la boda. Ella no se casará conmigo si sabe que le he hecho daño. Después de que se celebre el matrimonio, puedes mandarle al infierno. No voy a permitir que nada impida que __________ se convierta en mi mujer, y sólo accede a ello obligada. Mi novia quiere a ese viejo y hará cualquier cosa para mantenerle a salvo, incluso casarse conmigo.
—Muy listo, jefe. —Pete sonrió de oreja a oreja—. Muy listo. ¿Cuándo quiere perder de vista a Manuel?
—Cuanto antes lo encierres en la cabaña de la vieja mina, mejor que mejor. Te recompensaré con creces si consigues mantenerle alejado hasta después de la boda. Una vez que nos casemos, puedes matarle si así lo prefieres.
—Eso está hecho, jefe.
Unos días después, Manuel desapareció sin dejar rastro. Cuando _______ no le encontró por ningún sitio, se preocupó mucho. No era propio de él marcharse sin decir nada y no se asustaba con facilidad, así que no creía que se hubiera tomado en serio la amenaza de Rivas. Por tanto no podía evitar pensar, llena de temor, que su futuro marido tenía algo que ver con la deserción del anciano.
Para mayor pesar de ________, Mario Rivas apareció en el rancho en cuanto Manuel se ausentó. Se negó a dejarle entrar en la casa y habló con él en la puerta.
—Ese viejo vaquero ha debido de seguir mi consejo y marcharse —dijo Rivas—. No le he visto por ningún lado.
__________ le lanzó una mirada envenenada.
—Es imposible que asustaras a Manuel. Tiene que estar en alguna parte.
—Lo dudo mucho, querida. Estoy dispuesto a apostar lo que quieras a que huyó a un lugar más tranquilo.
_________ respiró hondo.
—¿Qué le has hecho a Manuel?
—Sientes aprecio por ese viejo, ¿verdad? Pues seguro que aparece sano y salvo si tú llegas a tiempo a la iglesia.
—¡Le has hecho algo a Manuel! —gritó _________. La furia la inundó—. ¡Cómo te atreves! Como le hayas hecho daño, yo...
—Tú ¿qué? No estás en disposición de amenazar, sino de hacer lo que yo quiera. _________ nunca había odiado tanto a otro ser humano. El deseo de sacar un arma y dispararle entre los ojos era incontenible.
—Libera a Manuel —le exigió.
Rivas se rió.
—Ni hablar. Quizá después de la boda.
—Eres una alimaña inmunda —gruñó ________ rechinando los dientes.
—Sólo estoy siendo precavido, querida. No confío en ti. Tú ya tienes tu préstamo, pero yo no tenía la certeza de que te presentaras a la boda, ahora sí la tengo. Qué inteligente por mi parte, ¿verdad?
________ intentó contener el desasosiego, que le puso un nudo en el estómago. Se daba cuenta de lo desesperada que era ahora su situación. Estaba atrapada, sin nadie a quién recurrir y sin ningún sitio al que ir. A menos que se casara con Rivas en la fecha señalada, él haría daño a Manuel y ella no podía dejar que eso ocurriera.
—Tú ganas, maldito seas. Puedes estar seguro de que estaré en la iglesia a tiempo. Él la cogió del brazo y la obligó a dirigirse hacia la casa.
—Sabía que lo verías a mi manera. ¿Vamos al dormitorio y averiguamos lo compatibles que somos en la cama? Hace mucho que deseo saberlo.
_________ se negó a moverse, sujetándose con los brazos y las piernas al marco de la puerta mientras Rivas intentaba obligarla a entrar.
—Me temo que tendrás que seguir esperando. No es... no es el momento adecuado. Rivas entrecerró los ojos peligrosamente.
—¿Qué quieres decir? Si yo lo digo, es el momento adecuado.
—N-no me entiendes —tartamudeó ________—. Son cosas de mujeres.
—¿Me tomas por tonto? No me lo creo. —La apretó contra él, reclamando su boca con una voraz posesión. El beso fue rudo, intentando forzar la entrada de la lengua. ________ tuvo que recurrir a todas sus fuerzas para zafarse. Se pasó el dorso de la mano por los labios con furia impotente.
—¡Estoy diciendo la verdad! No es el momento adecuado. Si quieres que me entregue a ti voluntariamente, deberás esperar a que nos casemos.
—¡Pequeña zorra! —maldijo él, dándole un violento empujón—. Lo haremos a tu manera... por ahora. Pero una vez que nos casemos, te abrirás de piernas para mí cada vez que quiera y espero que satisfagas todos mis deseos. Serás el tipo de esposa que necesita un hombre importante como yo. Lo que significa que te pondrás vestidos y te comportarás correctamente. Ofrecerás el té a mis amigos y darás a luz a mis hijos. Haré lo que considere necesario para que me obedezcas, incluso aunque tenga que hacerte un niño cada año. —Sonrió ampliamente con evidente deleite—. Desde luego, dejarte embarazada será una tarea que disfrutaré enormemente.
La besó en los labios otra vez, luego se dio la vuelta y se fue.
—No te atrevas a hacerle daño a Manuel —siseó ella a su espalda.
—Limítate a aparecer a tiempo por la iglesia —dijo él por encima del hombro—.
Tendrás que confiar en mi palabra de que está sano y salvo, porque no lo verás hasta después de la ceremonia.
_______ se quedó en el porche desde donde le lanzó una andanada de improperios mientras él se alejaba a caballo. Rivas había ganado, pensó desconsolada. Ahora no podría evitar casarse con aquel odioso banquero. Tendría que soportar que pusiera su boca y sus manos sobre ella y acostumbrarse a acostarse con un hombre que despreciaba. Por el bien de Manuel haría cualquier cosa que le pidiera.
Se llevó las manos al vientre, todavía plano, mientras lloraba en silencio por su hijo. Se preguntó si las cosas habrían resultado diferentes si le hubiera dicho a Tom que sospechaba que estaba esperando un niño. Supuso que aquello no habría cambiado nada. Él nunca había querido casarse y un bebé sólo hubiera complicado la situación, haciendo que la odiara todavía más. Ahora Tom había obtenido el divorcio y se habría olvidado completamente de ella. Si la hubiera querido, ya habría ido a buscarla hacía tiempo.
Más frustrada de lo que podía soportar, ________ comprendió que no había manera de evitar el matrimonio con Mario Rivas. Pero en cuanto supiera que Manuel estaba libre, el banquero no encontraría en ella la esposa complaciente que esperaba y, además, tendría que averiguar la manera de escapar antes de que Rivas supiera que estaba embarazada.
Manuel gimió y abrió los ojos. Lo último que recordaba era entrar en el barracón, luego sintió un golpe en la cabeza y todo se volvió negro. Se incorporó lentamente, llevándose las manos a las sienes, hasta que el mundo dejó de dar vueltas. Cuando finalmente pudo volver a abrir los ojos, no vio nada familiar a su alrededor. Estaba sobre una litera, en un pequeño cuarto oscuro, y pequeños retazos de luz se filtraban entre las rendijas de una ventana, cerrada con tablones desde fuera, y por debajo de la puerta.
Se puso en pie y, tambaleándose, se dirigió a la puerta para probar el picaporte. Estaba cerrada. Levantó el brazo y comenzó a golpearla hasta que oyó una voz al otro lado que le aconsejaba que se detuviera.
—¿Dónde estoy? —preguntó Manuel a través de la madera.
—Eso no importa. Todavía estás vivo, ¿verdad? Ahí tienes comida, agua y todo tipo de comodidades. Te proporcionaré más cuando lo considere necesario.
Manuel reconoció la voz de su captor.
—¿Pete? ¿Eres tú? ¿Qué estás haciendo? Déjame salir.
—No vas a ir a ninguna parte, Manuel. No hasta que el jefe lo diga.
—¡Trabajas para Rivas! ¡Condenada sea tu alma! Será mejor que no le hayas hecho daño a ___________.
Pete soltó una carcajada burlona.
—No te preocupes por ella, sino por ti mismo. Ya se ocupará Rivas de ___________ Fuller.
Manuel maldijo sin cesar durante un buen rato, luego se volvió hacia la litera para evaluar la situación y pensar. Su prisión era una choza de una sola estancia que parecía haber sido reparada precipitadamente para evitar que escapara. Había una litera, una mesa coja y dos sillas desvencijadas como único mobiliario. Sobre la mesa vio un saco con víveres y una cantimplora con agua. En una de las esquinas había un cubo para desperdicios.
En la única ventana habían clavado unos tablones y la puerta tenía una barra de hierro por fuera. Manuel clavó la mirada en las rendijas de luz que se filtraban por las numerosas grietas de las paredes y se dio cuenta de que tenía pocas posibilidades de escapar. Pero no había vivido tantos años sin haber aprendido un par de cosas.
Antes de que la oscuridad le impidiera seguir observando su entorno, Manuel había localizado dos lugares vulnerables en las paredes precipitadamente reparadas, lugares que tenía que estudiar con más minuciosidad. Mientras comía cecina y galletas secas y bebía de la cantimplora, decidió dejar la tarea para el día siguiente, cuando pudiera ver mejor.
Se despertó al rayar el alba y se acercó de inmediato a la pared para sopesar la situación. Se dio cuenta de que le llevaría un montón de tiempo y paciencia agrandar el agujero que Pete había reparado y reforzado clavando tablones encima. Además, haría mucho ruido; suficiente para alertar a un sordo. Decaído, se volvió a sentar en la hamaca para meditar.
Cuatro días después, Manuel no estaba más cerca de escapar que el primer día. Había escuchado a Pete moviéndose en el exterior y había intentado convencerle en repetidas ocasiones de que le soltara; todo fue en vano. Cuando Pete le dijo que se marchaba al pueblo a buscar instrucciones y suministros, Manuel casi gritó de alegría. Si permanecía fuera el tiempo suficiente, quizá podría conseguir escapar.
Se dispuso a intentarlo en el mismo momento en que oyó que el hombre se alejaba a caballo. Ya había buscado armas y herramientas en la estancia sin hallar nada, pero eso no le detuvo. Buscó el lugar más débil de la pared, recientemente parcheado, y comenzó a darle patadas. Lo hizo durante tanto tiempo que se le cansaron las piernas. Por fin se dio cuenta de que así no conseguiría romper los tablones, por lo que casi sin aliento, se volvió a sentar.
Entonces recorrió la estancia con la vista hasta que su mirada fue a parar a una de las sillas, concretamente a la más inestable. Pensó que no le costaría demasiado esfuerzo arrancarle una pata y, enseguida, tuvo una entre las manos y comenzó a golpear los tablones con ella. Por desgracia, los clavos no cedieron. No supo cuanto tiempo pasó antes de oír a Pete gritar a través de la puerta.
—¿Qué demonios estás haciendo, Manuel?
—Dándome cabezazos contra las paredes —respondió.
—Da un paso atrás, voy a entrar con agua y comida. El jefe dice que debo mantenerte con vida unos días más. No intentes ningún truco, llevo un arma.
—¿Qué piensas que puedo hacerte? —replicó Manuel, sujetando la pata de la silla con firmeza y apretándose contra la pared, detrás de la puerta—. Estoy desarmado.
La barra hizo un ruido sordo contra la puerta y Manuel sonrió con anticipación. Cuando se abrió un poco, levantó la madera por encima de la cabeza. Pete entró y Manel le golpeó en el cráneo con todas sus fuerzas. El individuo cayó al suelo, pero no perdió el sentido, así que levantó el brazo y disparó. Manuel notó el balazo en el muslo y se tambaleó, pero siguió golpeando al secuaz de Rivas una y otra vez en la cabeza hasta que éste se quedó tan quieto como si estuviera muerto.
El caballo de Pete estaba atado no demasiado lejos. Con cierta dificultad, Manuel se aproximó al animal y se subió a la grupa. Antes de irse, se hizo un torniquete en la pierna con el pañuelo del cuello, esperaba no morir desangrado antes de alcanzar su destino y rezaba para llegar a tiempo de ayudar a________.
No se atrevió a regresar al Circle F, ni siquiera se acercó al pueblo. Sabía que Rivas no dudaría en deshacerse de él si asomaba las narices por allí y eso dejaría a _________ totalmente desamparada. Sólo había un lugar al que podía ir y una persona en la que confiar. ¡Y que el buen Dios les ayudara si no conseguía llegar!
Chicas.... espero que les guste el capi.. y sorry si lo he puesto muy tarde.. pero es que todo el día estuve afuera, pero como soy buena igual les subo.... alcanzara Manuel a llegar donde esa persona....??...quien sera???... en el proximo capi les subo... se me cuidan.
Las Quiero
BYE =
D

3 comentarios:

  1. Hay Tamitha me encanta demasiado la fic.. Esta my emociinante.. Yo si creo q esta embarazadaa.. Y sii Manuel tienes llegar donde Tom si tiene q ser el.. Dios kiera q Tom no haya firmardo el divorcio esa seria la solucion. Y q Tom pague la deudaa.. Ya kiero leer el siguiente sube mas... Sube dos hahaha esq esta hermosa y muy interesante la fic!! Bye cuidate ;-)

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  2. yo digo que es tom xD ojala sea el -.-´de lo contrario morire hehehhe esta buenisima siguela y yo digo que si llega chauu

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  3. siii que vaya con Tom el tiene qe ayudarla !!!! sube pronto!!!! ya quiero saber que pasara

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